Prólogo de una pequeña historia de amor
Ella era brillo y él era soledad no se complementaban pero tampoco había rechazo.
Solo era un corazón un poco triste y uno muy alegre, hay que quererse sin necesidad de usar la mente; tenerse presentes.
Solo eran dos cosas diferentes pero no tan ausentes por qué la soledad y los brillos son cosas que siempre estarán presentes.
Un día la soledad se dio cuenta que siempre estaría solo y el brillo jamás dejaría de resplandecer entonces la soledad se mintió un momento y el brillo le siguió el juego.
La soledad buscaría el camino ala felicidad y el brillo lo iluminaría.
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Historias cotidianas
PoesíaUn tributo de mi parte a uno de los mejores escritores que ha existido, utilizando su idea y escribiéndola desde mi propio punto de vista.