Para Siempre...

Capitulo 3

Todo seguía sumamente confuso ante la mente aún devastada de Stephane, llena de dolor, una horrible tragedia asechaba su ahora insignificante vida, según creía él. Pasaron los días en zozobra esperando algún mensaje o señal de la que en su momento fue su gran amor, y que ahora,por una extraña razón que aún él desconocía del todo, estaba decidida a tomar la más cruel y sangrienta venganza contra el...

En una de esas tardes de espera sin resultado, Nicole, preocupada por Stephane decidió ir a verlo.

-¿Que haces aquí?- dijo él con el ánimo por el piso, notablemente deteriorado, incluso se podría decir que no ingería bocado alguno desde hace días.

Nicole no lograba entender como es que aún seguía en pié.

-No he recibido ninguna llamada tuya, y tampoco contestas las mías, además, llegó a mis oidos que llevas dos semanas sin ir a trabajar sin ninguna explicación. Me preocupas Steph, se que duele pero no puedes seguir así.

El lo pensó un momento en silencio. Quizás ella tenia razón, debía dejar de atormentarse.

Tras su primera comida en días, Stephane despidió a su novia y así empezar un descanso que hacía días que no tomaba. Pasó una noche de tranquilo sueño. A la mañana siguiente ya parecía el mismo hombre de siempre, recuperó todo el tiempo perdido en la Editorial, fué a almorzar con Nicole, en fin, fué día tranquilo, normal, e incluso se podría decir que... Feliz...

Regresó a su casa dispuesto a descansar, tomo una ducha, pero algo no estaba bien. En el living se escuchaba una melodía interpretada a violín, a pesar de que la sinfonía era hermosa, se tornaba algo sombría, triste... Sin vida.

En ese instante pudo reconocerla, era la composición favorita de Katherine, entonces empezó a recordar como le gustaba tocarla, y aquella vez que se la dedico en su recital de primavera, con ese violín que él le había regalado ese 13 de septiembre en su segundo aniversario juntos, ella lo cuido como a su vida, fue su posesión más preciada. Tanto apego a ese instrumento en especial quizá fue extremo porque a pesar de que registraron cada cosa de ella al transcurrir su muerte, encontraron el estuche pero nunca encontraron el violín.

El dejó de pensar y bajó a ver de donde provenía la musica, pero no consiguió nada, todo estaba tal cual como lo había dejado. Decidió ir a dormir, aunque esto fué imposible. Escuchaba pasos, voces sigilosas , pero aún así no quiso levantarse, hasta el momento en que estas voces estallaron en su habitación logrando sobresaltarlo.

- YO NO QUERÍA HACERLO! TUVE QUÉ!

dijo la primera voz, alterada y llorando, el podría jurar que reconocía esa voz.

-IGUAL LO HICISTE Y AQUÍ ESTOY! ME MATASTE SIN REMORDIMIENTOS!

la segunda estaba igual de alterada pero esta voz era mas dulce, él la conocía muy bien...

-Jacki...

fué lo único que pudo salir de la boca del ahora aterrado Stephane...

-TE QUERÍA CONMIGO! Te quiero conmigo Jacki.. ibas a sufrir más adelante y preferí traerte y así me ayudarías... Él no entiende que es mío, y ahora me los traeré todos con tu ayuda, Jackeline, seremos felices para siempre!

Stephane no creía lo que escuchaba. ¿En realidad eran ellas?

- Esta bien! te ayudaré!

Él no aguantó más y se paró a prender la luz buscando el origen de las voces. Todo estaba desierto, dió vueltas desesperado hasta que tropezó y cayó frente al espejo. Fué ahí donde vió una figura sin vitalidad acercarse, vestida con un uniforme de preparatoria, posicionada atrás de él, se miraban fijamente a través de el espejo. No lo podía creer, era ella, era su pequeña hermana fallecida, pero ahora no tenía la misma luz e inocencia que mostraba en vida, tenía una mirada sombría, llena de maldad, furia, incluso un poco de deseo de sangre.

-Hasta pronto hermanito...

desapareció en el espejo mientras él quedó petrificado del miedo. De la parte superior del espejo cayó un papel escrito con sangre, que decía:

TENGO MUCHAS GANAS DE ABRAZAR A NUESTRO PEQUEÑO SOBRINO...

JACKELINE