#44 (Editado)

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— Gracias por NO ayudarme en mí tarea —dije cerrando mi cuaderno.

— Oh, vamos. Te ayudé en algunos ejercicios.

— Sí, dos. El resto de los veinticinco ejercicios los hice yo. Muchas gracias por la ayuda.

Me aventó una almohada, que terminó en mi cara. Hice lo mismo, pero él la agarró, le saqué la lengua.

— Bueno, ya que hicimos un gran esfuerzo en tú tarea, es hora de un descanso —dijo desplomándose en mi cama.

Me acerqué a él lentamente y me tiré encima suyo.

— ¡Ouch! Mi amiguito murió —dijo trantando de quitarme de encima—. Me quedaré sin hijos, todo por tu culpa.

Mi cabeza quedó en la almohada, mi espalda en su pecho y mis piernas en su "amigo".

— ¿Sabes? Es cómodo estar aquí —dije, saltando encima de él.

— Tienes fuerza, ¿Porqué no te puedo sacar de encima? —agarró mi cintura y me empezó a hacer cosquillas.

— Pa-pa-ra —reía sin parar mientras trataba de sacar sus manos.

Me caía al suelo, mientras me seguía haciendo cosquillas.

— Mi...mier-da, para.

Ahora era él quien estaba encima mío. Sus piernas estaban alrededor de mí cuerpo y sus manos no aparaban de tocar mis costados.

— Te...pegaré cuan-cuando aca...bes.

— No creó que pare, porque mí amigo me sigue doliendo.

Con las pocas fuerzas que tenía, trataba de pegarle en donde podía.

De repente, las cosquillas pararon. Empujé a Jack fuera de mí cuerpo, pero él es más rápido  y sujeta mis manos encima de mí cabeza.

Nos quedamos tan cerca que nuestros alientos chocaban.

— Mí amigo es sagrado y lo lastimaste.

— ¿Qué podre hacer para que me perdone? —dije con sarcasmo.

Hola, mí Bad Boy  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora