1

6.1K 244 9
                                    


Becky

Podría decir que me encuentro bien en estos momentos, pero estaría mintiéndome a mí misma.

Estoy devastada.

El mero pensamiento de que mis padres no estén conmigo hace muy difícil levantarse de la cama por las mañanas. Me enteré de que Randy había estado jugando conmigo, y después que mis padres habían muerto. No es una noticia de la cual me gustara escuchar días seguidos, pero era la realidad.

Y la realidad, era cruel, que te daba un puñetazo sin verlo venir.

Solté un largo suspiro estando dentro de mi cama. Hice a un lado las sabanas para salir de mi acomodado colchón y levantarme. Me dirigí al baño. Media hora después me encontraba vistiendo. Tardaba más tiempo de lo normal en la ducha, porque me la pasaba llorando bajo el agua, era la única forma de que mis lágrimas y el agua se mezclaran e hicieran parecer una misma.

—Buenos días. —Dice mi hermana, que ha sido un poco más fuerte que yo en los últimos meses. Estábamos en diciembre, a unos días de navidad. A veces no me daba cuenta de qué tan rápido puede pasar el tiempo ante mis ojos. Habíamos cancelado todo tipo de viaje de vacaciones que teníamos planeado para el verano.

—Buenos días, —le respondo con una voz cansada. Me da una mirada triste pero no dice nada. Sabe que trato de llevarlo lo mejor que puedo en los últimos meses. Ella al menos tiene a Jamie para darle consuelo, en mi caso a nadie. Bueno, solo a Emma y Fredy.

Jamie y mi hermana habían vuelto. Él nos apoyó mucho en el funeral, y aunque sabía que las cosas no estaban muy bien entre ellos, al menos lo estaban intentando. Tuve que confesar a Angie lo que Randy me hizo. Se dio cuenta cuan mal estaba, así que una tarde entró a mi habitación y me preguntó:

—¿Qué sucedió con Randy y tú? Y no me vengas que sigues así por la muerte de nuestros padres. Sé que también es difícil, pero no solo estas tan deprimida por ellos. Así que habla. —Sus ojos azules me miraron no dejando los míos. Ella se preocupaba demasiado por mí, y quería saber qué me tenía tan mal. Si no se lo decía ahora, estaba segura que seguiría preguntando hasta que hablara. Y necesitaba hablar de lo que me estaba matando por dentro.

—¿Recuerdas cuando me acompañaste a ver a Randy, y peleamos? —asintió.

—Desde ese momento me pregunté qué fue lo que sucedió entre ustedes para que reaccionaras así. Pero nunca me lo dijiste. —Se inclinó un poco hacia adelante de mi cama haciendo que un mechón de su cabello recogido saliera. Lo metió detrás de su oreja.

Me senté en mi cama y llevé mis piernas a mi pecho abrazándolas hacia mi cuerpo. Reposé mi cabeza en mis piernas, inhalé y exhalé para decirle algo que haría que me viera como una tonta y estúpida chica que creía en las palabras de promesas de un chico como Randy.

—Randy me mintió. —Dije formulando la primera oración verdadera. No la miré, así sería más fácil hablar. Proseguí: —Ese día que me acompañaste, lo encontré discutiendo con Susy; ella estuvo con él antes, creo que era su ex novia. —Paré. Esto era doloroso como agua hirviendo cayendo en mi piel. Tragué el nudo en mi garganta. —Al principio no entendía de lo que hablaban, pero después ella comenzó a decir mi nombre y que...que yo era una apuesta para él. —Angie se mantuvo en silencio. Mi vista se cristalizó, pero puse todo el empeño para alejarlas, —Había apostado enamorarme para que así fuera más fácil acostarme con él. —Una lágrima se deslizó de mi ojo derecho y luego del izquierdo. Sentí las manos de mi hermana en mi espalda.

—Lo lamento mucho, Becky. No lo sabía —Negué con la cabeza.

—Sé que debo verme como una estúpida chica que cree en todas las cosas cursis que le dicen los chicos, pero me enamoré. No quise hacerlo, pero todo se me salió de control. —Lloré —Estaba segura de que el amor no se había hecho para mí, y no me equivoqué. —Era más doloroso admitir que al chico que amas solo te utilizó. Me sentía como un trapo sucio y usado.

ÁMAME ( Trilogía La Apuesta II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora