Capítulo 1:

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Capítulo 1:

Todo comenzó en el cuarto curso, iba a ser uno de los mejores años en Hogwarts, o al menos eso esperaba yo, como de costumbre en el tren de camino a Hogwarts me acomodé en uno de los vagones con mis dos mejores amigos Ronald y Harry cada uno de ellos me contaron sus vacaciones de verano y para variar siempre me sacaban alguna sonrisa que yo sin duda, quedaba encantada con ello, siempre era divertido oír como a Ronald se la había liado alguna de las suyas sus hermanos Fred y George y a Harry su primo el gordinflón. Aunque; en ese momento mientras los tres estábamos hablando el tren se paró bruscamente :

-¿Qué ha pasado chicos?-dije echando un vistazo fuera mientras que todo se quedó a oscuras y por un desliz tope con alguien más alto que yo, no podía vislumbrar bien, solo una cabellera rubia y un olor como a jazmín la verdad; es qué olía realmente bien, aunque a juzgar por su expresión le había pisoteado un píe.

-Lo siento mucho:-dije en voz baja para que solo el chico me oyese.

-Granger; deberías mirar por donde pisas, no sabes con quién podrías llegar a toparte. -Dijo él chico con una notación en su voz de sarcasmo. -Sin duda era Draco Malfoy.

El tren volvió a dar un frenazo pero esta vez me echó hacía atrás e iba haber ido directa contra una de las puertas que se abrían y se cerraban veía mi cabeza en peligro cuando, unas manos me agarraron con fuerza apretándome de tal forma que no salí disparada sino qué acabé en los brazos de aquél pelirrubio platino.

Podía oír su respiración agitada cuando soltó: -Maldita sea, Granger podrías haber acabado decapitada, ten más cuidado la próxima vez. - me soltó bufando y con una media sonrisa de lado al parecer parecía divertirle aquello que había pasado, o tal vez fuese mi patosidad.

-No fue mi culpa, no tengo la culpa que el tren de desvíos y tropiece contigo, por Merlín. -Aún seguía apoyada sobre su pecho cuando la luz volvió y sin decir nada más me aparté y salí disparada de allí sin decirle nada más, solo pensé que sería vergonzoso que alguien de nuestras casas nos vieran juntos en aquél momento, por lo qué tuve suerte no había nadie alrededor y pude volver al vagón con mis amigos algo aún agitada por mi tropiezo con Malfoy, que maldije por dentro de mi ser.

Tras llegar al castillo y una vez que todas nuestras cosas estuvieron ya allí, fuimos a cenar al Gran comedor como de costumbre, me senté con mis amigos y con Ginny.

-Oye, Ginny ¿qué tal vas de chicos hay alguno que llame tu atención?.-la dije en voz baja para que solo ella me escuchara mientras Harry y Ron hablaban de Quidditch.

-La verdad, ahora mismo estoy detrás de Dean Thomas, pero no se lo digas a nadie por favor, no quiero que el estúpido de Ron, meta sus narices donde no le llama, o Harry, no quiero que lo sepan.

-Tranquila, no pienso contar nada, puedes fiarte de mi, ya lo sabes.

-Lo sé; ¿y tú qué?; ¿hay algún chico que te haga tilín Herms?-Me preguntó la pelirroja intentando sonsacarme algo.

-No, la verdad ya sabes como soy, no hay nadie que me atraiga más que un buen libro. -La dije sonriendo. -Conmigo, era difícil de saber, nunca sabías lo que podría estar pesando además de que siempre había guardado muy bien, mis propios secretos e intenciones.

En la cena, pude ver como alguien me miraba tal vez, era una sensación pero al darme la vuelta mientras que hacía que miraba al director, pude ver sus ojos grisáceos cristalinos fijados en los míos color caramelo otoñales. -Él me miraba, ¿porqué lo hacía?, ¿acaso llevaba mal el pelo? ¿o mi uniforme se veía feo? ¿tal vez era la falda? -Por Merlín, le estaba dando demasiadas vueltas, tantas que acabaría por darme algo antes del postre. -Vi, como me sonreía de refílon como si supiera que le estaba observando entonces aparte del todo la mirada y me centré en la conversación que tenían Ronald y Harry cuando de repente las puertas del salón se abrieron al parecer aquél año presenciaríamos unos juegos, los del cáliz de fuego. Aunque, según Albus Dumbledore, solo los que tenían más de 17 podrían apuntarse y ser los aspirantes, por eso teníamos nuevos visitantes de otros colegios. Los primeros fueron las chicas de Beauxbatons, y por último Durmstrang, otro instituto masculino. íbamos a tener que convivir con ellos aquél año, lo que me resultaba fascinante,

seguramente sería genial conocer a más gente, aunque siempre habían rivalidades.

En cualquier caso, tras la ceremonia de anunciación cada uno se fue a su dormitorio y a sus respectivas casas, aunque en el camino no pude, dejar de pensar en cierta persona como si aún tuviese sus ojos sobre mi espalda. Y eso me hizo sentir tal escalofrío que subí las escaleras hasta el séptimo piso con tal rapidez que nadie me había visto hacer. Ese día fue agotador, tanto que caí presa de un sueño. Un sueño, lento y placentero....

Tal vez; podría verle a él dentro de mi sueño, al menos si que podía soñar con él, nadie sabría que en secreto soñaba con que esos ojos tan fríos como la lluvia algún día me besaran..











I wish you hate me, because I love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora