Capítulo 1

152 21 11
                                    

-¡¿Qué?!- fue lo que dije al descubrir que mis propios padres me iban a meter en un internado. 

Todo empezó cuando mi novio Adam y yo rompimos. Al final pensé que el amor verdadero no servía para nada y que ni siquiera existía. Desde ese momento me volví un poco repelente, maleducada y desagradable. Sabía que, aunque mis padres no tenían la culpa de mis temas amorosos, siempre estaba enfadada con ellos. Pero no sabía que todo eso me llevaría a que me metiesen en un ¡internado!

Era mi cumpleaños y al bajar las escaleras, oí que mis padres estaban hablando sobre el tema de meterme en un internado. Me quedé ahí, intentando averiguar qué más decían. Después de esperar y esperar, decidí que lo que tenía que hacer era bajar y hablar con ellos.

-Feliz cumpleaños Emily- mis padre me habían preparado una mesa con un desayuno lleno de cosas que me encantaban.

-Gracias- intentaba disimular respecto lo que habían dicho ya que el desayuno estaba delicioso.

-Tenemos que hablar- sabía que era hora de que me dijesen la noticia. -Tu padre y yo hemos pensado que como estos últimos meses nos has hablado sin respeto y no nos has respetado como padres tuyos que somos, te vamos a meter a un internado.- ya está, ya lo había dicho y sinceramente estaba muy dolida por dentro, pero no lo demostraba.

-No me podéis hacer esto, hoy cumplo diecisiete años y de lo primero que me entero es que me vais a llevar a un internado- dije intentando que cambiasen de opinión.

-Lo sentimos mucho de verdad, pero es lo mejor para todos. -mi padre me contestó con una voz entristecida pero segura a la vez.

Me dijeron que el orfanato dónde iba a ir estaba en Manchester ¡en Manchester!; y yo vivía en Londres.                Tendría que viajar en avión 315 km. Mis padres me llevarían al aeropuerto por la tarde. Estar en un lugar donde no tengo ningún amigo y tampoco ningún familiar, no me hacía ninguna ilusión. Por primera vez iba a echar de menos a mis padres.

Al llegar a mi cuarto y abrir el armario para cojer la maleta, vi una foto que me hice hace unos meses con Adam. Sinceramente era muy guapo. Tenía los ojos azules, el pelo marrón y era el capitán del equipo de fútbol americano, pero era muy engreído. Cojí mi maleta color rosa y negro y metí toda mi ropa y cosas que me harían falta.

Debía disfrutar de las cosas que no tendría en Manchester y tenía en mi casa. Me puse a mirar álbumes de fotos del pasado. Todo lo que yo era antes ya no lo consigo encontrar en mi yo del presente; no sé si será bueno o malo, pero supongo que las personas van cambiando conforme se van haciendo mayores.










Pista a pista, beso a besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora