Capítulo 5

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Estaba pensando en mi cabeza lo que les iba a decir. Se sentaron y antes de que pudiese hablar dijo Justin:

-¿Será el destino? O...- no le deje acabar.

 -O quizás sea casualidad, ya que nuestras habitaciones están al lado- puse cara de asco y aparté la mirada.

Hasta que al final nos sirvieron la comida. La probé y...

-¡Vesssss! Esta fría y asquerosa porque a vosotros no os ha dado la gana de bajar a su hora- grité tan fuerte que todo el comedor se calmo y me dijo Brenda:

-No es porque hayan llegado tarde, de normal está así de asquerosa- le pegué un codazo para que se callase, pero ya era tarde.

Después de eso, yo me puse ha hablar con mi amiga y los macarras por su cuenta. Al acabar de comer, Brenda y yo cogimos nuestras bandejas para vaciarlas y nos fuimos de ahí. Me giré y vi que Dylan estaba hablado con su amigo y me miraba todo el rato, pero no les podía oír.

-Tío, tengo una idea. Le voy a poner pistas a Emily para que adivine que me gusta- dijo Dylan.

-¿Quieres a Emilyyyy?

-Si. ¿Te gusta mi idea?- dijo bajando el volumen.

-Esta muy chula. Te ayudaré en lo que quieras.- le dijo dándole un golpe cariñoso en la espalda.

Dejé de mirarles. Era algo raro de mí no haber podido adivinar que decían. Pero ¿por qué me tenía que preocupar por lo que dijesen? Brenda habrió la puerta y nos sentamos en la cama. Me empezó a contar historias de su novio y como siempre repetía lo mismo, decidí coger mi móvil y mirar fotos de Cameron Dallas, qué guapo es.

-¿Me estás escuchando?- me dijo poniéndome a prueba.

-Sí, lo que pasa es que siempre dices lo mismo.

-Vale, pues dame tema de conversación- dijo ella- una cosa, ¿sientes algo por Dylan?

-¿Quééééé? ¿Yooooo? Ese chico necesita atención, es un pesado de primera.- no lo decía del todo en serio.

-Ahhh se me había olvidado, todos los viernes hacen disco móvil cerca del internado y los profesores nos dejan ir. Vas a venir ¿no?- quiso cambiar de tema.

-Sí, me encantan las discos. ¿Pero hoy no es jueves?- dije dudando.

-No- encendió el móvil para asegurarse y... Tenía razón yo. A mí siempre se me han dado bien todo eso de las fechas- bueno pues mañana vamos.

Nos echamos a reír y al final encontramos tema para hablar. Miramos el reloj y ya era tarde así que nos acostamos. A la mañana siguiente hicimos lo mismo que la anterior y cuando era hora de cenar sonó la puerta. Pensábamos que era el profesor de educación física.

-Pase profesor- dijo Brenda.

-Puede pasar- repetí por si no le había oído.

Como nadie pasaba decidí levantarme de la silla y habrir. Cuando lo hice no había nadie y al cerrar la puerta, mi amiga me dijo:

-En el suelo hay una carta.

Abrí de nuevo y sí, había una carta. La cogí y la leí en voz alta:

Hola Emily:

Te escribo esta carta para que sepas que todos los días a esta hora, te dejaré una carta con una pista para que adivines quién soy. Como está es la primera nota que escribo no te voy a dar ninguna pista. Sé que estarás pensando que por qué tienes que adivinar quién soy yo; la respuesta está clara, es porque te quiero.

Un gran beso y abrazo. Firmado: /////

Pista a pista, beso a besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora