Capítulo 1. Comencemos con Dylan.

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Capítulo 1. Comencemos con Dylan.

Los tacones de las secretarias resonaban en el frío piso del recibidor principal, mientras buscaban los papeles pedidos o llevaban (con la mayor delicadeza posible) el café a los demás compañeros. Se podía sentir el sudor y el aroma a cansancio de los chicos que practicaban con los maniquís y quienes apuntaban a un blanco en movimiento.

En cambio acá estaba yo, detrás del escritorio del jefe, que se movía de un lado a otro frente a nuestros ojos.

-¡¿Ustedes están locas?!

-El término "loca" no sería exactamente el que utilizaría. Podría ser pasadas de copas o, en otro caso, con la cabeza en cualquier lado- corrigió Cleo, intentando suavizar la situación en la que nos encontrábamos.

- ¿Cómo pudieron hacer eso, frente a tanta gente? - preguntó frenando de repente, con una voz desesperada e impaciente- ¿Se dan cuenta como me siento ahora?

Lisa intentó responde a ello, pero él lo impidió elevando su mano y señalándola para que no dijera lo que estaba pensando.

-Si tenías pensando decir "solo", no es la mejor opción. Y menos es la forma de aliviar esto, porque estás muy lejos de lograrlo.

-¿Qué ocurrirá ahora? ¿Nos bajaran de puesto o nos suspenderán por un tiempo?

-Oh, claro que no. Entreguen sus placas, están fuera de la CIA.

Y desde ese momento, el poco tiempo que llevábamos trabajando se fue a la basura, junto con nuestro sueño de ser grandes espías. Empezábamos a darnos cuenta del gran error que habíamos cometido y el fuerte karma que se nos venía encima.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Comenzaba a odiar la humedad acumulada en mi calzado y el cantar de los pájaros cada vez que pisaba una rama. El final del bosque no llegaba más, teníamos hambre, cansancio y muchas ganas de sacarnos los zapatos, además era muy difícil arrastras nuestras valijas en un terreno tan dificultoso.

-Tengo hambre y si no ingiero algo en este momento, sacaré mi canibalismo y una de ustedes será mi presa.

Cierto, me olvidé de decir que también Lisa estaba alterada. Llevábamos recorriendo por varias horas el gran bosque que rodeaba la sede de la CIA. Luego de ser expulsadas, sin dejarnos dar ningún tipo de explicación, simplemente nos dijeron que busquemos algún lugar para vivir, nuevo trabajo y otra vida.

-Siento en la garganta las ganas de comerme a alguna de ustedes, les queda poco tiempo.

-¿Sos consciente de que si te golpeo ahora mismo con alguna rama que encuentre, nadie llorará tu muerte porque ni siguiera diré que te pasó?- dijo Cleopatra tirando de su corto pelo, cansada de los comentarios de Lisa y frustrada por el gran peso de su bolso. Reí ante la ternura y dulzura en sus palabras, pero al menos sirvió para que Lisa se mantuviera callada durante los próximos 20 minutos de caminata.

-Debemos estar cerca de la salida, cada vez hay menos árboles y mayor cantidad de luz.

Aumentamos el ritmo al ver que tenía razón y se podía apreciar humo sobre las copas de los árboles. Sin embargo, al llegar al final del bosque, nos encontramos con una casita hecha de troncos, la cual daba inició a otra aparte del montón de árboles.

-Genial- susurré desilusionada, pensando que al fin encontraríamos la ciudad.

Nos acercamos a la puerta para inspeccionar si había gente adentro. Cleo golpeó la puerta, logrando abrirla apenas la tocó.

-¿Hay alguien en casa? No les haremos nada malo- comenté entrando al interior. Pero no había nadie, simplemente estaba la chimenea prendida y algo de comida en la mesa de enfrente.

-Al parecer Dios nos escuchó y nos dio comida con un lugar para descansar.

Asentí feliz por el comentario de Cleo, dejamos nuestras valijas detrás del sillón y nos sentamos para poder comer lo que quedaba del almuerzo delante de nosotros.

La cabaña era pequeña pero acogedora. Con una cocina, un comedor junto a la chimenea y un sillón debajo de la ventana. Además se podía ver una escalera que llevaba al piso de arriba, donde seguramente estaban las habitaciones y el baño. Se podía escuchar el agua chocar contra las piedras de un rio que no parecía estar tan lejos, y el precioso silencio de los pájaros molestos que nos habían acompañado todo el camino desde que salimos de la sede.

-No puedo creer que haya cerveza. ¡Gracias Dios, te amo!- gritó la ojiverde al ver que la bebida que acompaña el pollo. Lisa le tiró un pedazo de pan para callarla y esta le sacó la lengua al ver que su amiga erró el tiro.

-No grites Cleo, podrían escucharte los pájaros y volverían a cantar- le respondí riendo y ella levantó los hombros indiferentemente- ¿No es extraño que encontremos una cabaña, con comida y el fuego prendido?

-Sí, lo es. Pero no voy a buscar una solución ahora- la castaña me miró negando con la cabeza. Suspiré, ella tenía razón, luego tendríamos tiempo de pensar.

-¿Dylan me pasas el puré?- preguntó Cleopatra señalando la bandeja junto a mí.

-Claro cariño.

Abrí los ojos al escuchar aquello, pero esa voz gruesa y ronca no provenía de mí. Alguien estaba caminaba hacía la cabaña y cada vez estaba más cerca. Rápidamente las tres nos paramos, asustadas y alarmadas

-Deben ser los dueños de la casa- susurré preocupada. Una idea llegó a mi cabeza y señalé las escaleras- subamos a escondernos, después pensaremos como escapar.

Corrimos silenciosamente hacía el piso de arriba y nos metimos en la primer puerta que encontramos. Era la habitación de una niña, con color rosa en cada rincón y muchos peluches esparcidos por el piso y la cama.

-Yo me escondo en el armario, Dylan debajo de la cama y Lisa detrás de la cortina- ordenó una de mis amigas y obedecimos enseguida.

La puerta de entrada se cerró y pegué un salto, golpeándome la cabeza con la parte baja del mueble. Me tapé la boca para no gritar muy fuerte por el dolor.

-¿Creen que nos descubrirás?

Preguntó Lisa en un susurro, sacando un poco la cabeza detrás de la tela rosa oscuro. Pero ninguna respondió, silenciadas por los pasos que subían las escaleras directo hacia nuestro escondite.

Y así comenzaba nuestro tan querido Karma.

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¡¡¡HOLA!!!

Acá les dejo el primer capítulo de estas tres grandes historias en una. Ya se podrán dar cuenta de las personalidades de nuestras protagonistas. ¿Pero no son un gran trío juntas?

Nos vemos en el siguiente capítulo. Abrazos...

Yeye xx


PD: Miles de gracias por hacer que Hey, Grecia llegue a las 1k visitas, estoy muy, muy feliz :3


¡Maduren! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora