Capitulo 1. "contrato"

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Desde pequeño mis padres me contaban muchas historias sobre criaturas fantásticas, brujas, dragones, príncipes encantados y princesas que besaban sapos. En fin, nunca creí en esas cosas, solo disfrutaba de aquellos cuentos para soñar en el momento...pero jamás pensé siquiera que existía...grave error.

En lo único que creí y seguiré creyendo es que algún día encontrare, el amor verdadero, justo como mis padres lo habían encontrado, lo sé, es patético. ¿Cómo un chico podía pensar en semejantes estupideces? En pleno siglo veintiuno. Pero yo era así, un soñador romántico, que no importara lo que le dijeran creería en el amor hasta el final de los tiempos.

Aún recuerdo cada noche durante mi niñez, siempre me levantaba de la cama al ver que todas las luces estaban apagadas y mis padres se habían ido adormir. ¿Por qué lo hacía?, no lo sé. Era extraño, pero pensaba que en mirar hacia el cielo estrellado, quizás alguna estrella fugaz me escucharía y cumpliría mi deseo. Así que sin falta en cada noche pedí por encontrar mi alma gemela por conseguir la felicidad, la cual aún era misteriosa para mí, yo tan solo deseaba una mujer tan amable, bondadosa y cariñosa como mi madre. Aunque claro, que no tuviera su malgenio y por supuesto que también deseaba ser un hombre digno de ella como mi padre. Lo que siempre quería era una familia y un amor verdadero. Un amor de cual sentirme orgulloso.

Sin embargo los años fueron pasando y cada día de mi vida era monótono y aburrido, sin pisca de emociones presentes y aun no llegaba la indicada. Salí con muchas chicas, muchas de ellas querían algo diferente de mí y a pesar de eso yo intentaba complacerlas. Gran error. Pues nunca debí cambiar a lo que ellas querían, nunca era suficiente y al final la relación se rompía en un par de meses. Los días, los meses y el tiempo fue avanzando hasta que pensé en darme por vencido, quizás nunca llegaría.

En fin, muchas cosas me sucedieron en el transcurso de mi vida, pero ninguna era para sorprenderse, hasta hoy.

Mire con suma atención aquel peludo amigo, lo había encontrado y por alguna extraña razón ya le había cogido cariño. El pequeño ronroneo, tratando de acomodarse en mi pecho. Era tierno, demasiado. Aunque nuestro encuentro no fue muy amistoso aun así lo traje conmigo.

Camine lo más rápido que pude, soportando la gélida tormenta que nos acechaba a cada segundo. Quería llegar rápido a mi hogar para curarlo y vendarle aquellas heridas. Al parecer había pasado por mucho.

—Tranquilo, ya casi llegamos.—le dije suavemente, aumentando el paso y sosteniendo el paraguas con fuerza. Mientras evadía ágilmente los charcos que me encontraba en el camino.

No importaba si yo me mojaba, lo único que quería era protegerlo y abrigarlo. Tras un largo camino y entre jadeos entre a mi pequeño departamento, encendí la luz y de inmediato puse a mi pequeño amigo sobre mi cama. Asimismo busque el botiquín de primeros auxilios y rápidamente comencé a curarle sus pequeñas heridas. Lo vende con sumo cuidado. No quería despertarlo. Comencé a quitar su pequeña camisa, mientras sonreía, en realidad mientras dormía era muy tierno.

—hmp..hmp..hmp—comencé a ser un pequeño sonido desvistiendo al pequeño neko.

—¿Qué haces?—una voz ronca, gélida y fría se escuchó de repente.

Amplié los ojos, tensándome un poco y al alzar la mirada, me encontré con sus ojos negros como la noche. Se había despertado y en el peor momento.

—eh...etto...—tartamudee sudando frió.—no soy ningún pervertido.

El me miro enarcando ambas cejas y luego.

—No me importan tus fetiches, te pregunte—su mirada se endureció—¿Qué haces?—exigió.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2016 ⏰

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neko "sasusaku & naruhina"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora