Clockwork

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- ¿Crees que estará bien?

- No lo sé Sally... eso es cuestión de tiempo...

Llegué a escuchar unas voces y una intensa luz en mis ojos.
Al despertarme, estaba en una habitación completamente oscura y estaba en una camilla de hospital. Lo único que alcanzaba a ver, era una bandeja de metal que se encontraba al lado mio, encima de esta estaban las balas cubiertas de sangre y un par de utensilios también con sangre. No procedí a gritar ni a llamar a nadie, ya que no tenia idea en donde me encontraba, así que, con paciencia, solo deje que el tiempo haga su trabajo.

-Tengo que salir de aquí... - Pensaba.

Noté un sonido de una puerta y una luz que entraba por esta, no podía ver nada, ya que el sonido y la iluminación venía por detrás de la camilla.

- Buenos días, tu debes ser "Vincie" ¿Verdad? - Parecía una voz femenina, sin embargo, no le respondí, y el apodo que usó sonaba ridículo...

- No temas, no tengo planeado matarte -. Dijo dando vuelta la camilla.

- Me llamo Zero, gusto en conocerte ♥ - Dijo acercándose a mi, y mucho, más que Neme.

Era una mujer joven, pelo color blanco, ojos blancos y los parecía que tenía las mejillas cosidas, tenía un vestido color negro, medias largas blancas con rayas negras y un pañuelo blanco y negro.

- ¿Quien eres? ¿Y que hago aquí?

- ¿No lo sabes? Salí a buscar un par de víctimas hasta que te encontré apunto de morir -.

- Y... ¿Porque no me dejaste morir? -.

El silencio rompió el sonido que había en la sala, no tenía idea de porque había dicho eso, comencé a sentirme mareado, le di un segundo vistazo a la bandeja de hierro, llegue a ver los mismos utensilios, pero no me había enterado de que también había unas inyecciones.

- Q... ¿Qué sucede? - Dije atolondrado, la cabeza me daba vueltas, y sentía como las paredes negras se tornaban rojas carmesí.
- Digamos que te di un leve "Impulso" para que seas más como nosotros.

Comencé a moverme gravemente, temblando toda la camilla que estaba apunto de caer, me solté las cuerdas de cuero, Zero no hizo nada al respecto, solamente dió unos pasos atrás. La cabeza me dolía, y salí de la habitación lo más rápido que pude.

- Tú te has condenado, Vincent - Dijo con una sonrisa cuando ya había salido del cuarto.

Me encontraba corriendo en un pasillo oscuro con muchas puertas que se escuchaban gritos de otras personas, al final del pasillo había una gran puerta, por alguna razón, me calme, seguía escuchando los sollozos de las personas que eran torturadas, sentía que tenía una morada fría y distante, me pare enfrente de la puerta, y la abrí. Al cerrar la puerta, los sonidos se callaron, dejando un silencio extraño, seguí avanzando en la oscura habitación, hasta que vi que una vela era encendida seguida de otra, hasta que iluminaron a un pastel encima de una mesa, se llegaba a leer "Feliz Cumpleaños" en ella. Cuando me acerqué, vi a una mujer con los pies sobre la mesa, tenía el pelo castaño y desordenado, una remera blanca, una chaqueta descuidada de lana de color azul oscuro, unos vaqueros negros y unas botas, por último, fue lo que más me aterrorizó, en vez de ojo izquierdo, tenía un pequeño reloj de bolsillo, enterrado en la cuenca.

- ¿Estas listo para tu próxima misión, Vincent? -. Dijo rompiendo el silencio.

Escuche que la puerta detrás mío se abría, y después de unos segundos, se cerró, no me voltee, sabía quién era.

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