II

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-Miren es este- se quedaron boquiabiertos de la impresión.

-Celeste si que es muy tu- mi madre me toco el hombro -Pues que esperas a desempacar- no lo dude y ahora fui por las cajas y regalos.

Ellos ya habían bajado y yo desempacado y acomodado las cosas, como no tengo nada que hacer leeré uno de mis libros me acorde que había visto una biblioteca cerca de aquí.

-¿Puedo ir a la biblioteca?- le pregunte a mama.

-Yo si te dejo pero también pídele permiso a tu papa- siempre me dice eso fui hasta donde el estaba .

-¿Puedo ir a la biblioteca? Ya le pedí permiso a mi mama- el se giro y pensó un momento.

-Si puedes ir- que bueno -Pero que Clara te acompañe- noooo porque.

-Pero a ella no le gustan los libros- hice un berrinche.

-Vas con ella o aquí te quedas- hablo firme.

-Yaaa esta bien-.

-¡CLARA BAJA!- el grito.

-¿Que?- ella hizo una mueca.

-Se dice mande y acompañarás a Celeste a la biblioteca, no quiero berrinches y se regresan TEMPRANO para la cena- las dos asentimos haciendo caras y gestos.

•••

-Estas segura que no te perdiste Clara- le volví a insistir ya que sentía que caminábamos en círculos en medio de un bosque.

-Ya te dije que no- se rasco la cabeza.

-Mejor hubiera venido sola- me cruce de brazos.

-Ya callate, como quiera te hubieras perdido enana- se paro frente a mi enfadada.

-Mira rubia hueca si no fueras mi hermana te juro que ya te había dejado aquí sola-.

-Haber niña mal creada...- escuchamos un gruñido.

Volteamos y nos sorprendimos al ver un lobo negro como la noche, saliendo de entre los arboles muy gigante nos sigue gruñendo y enseña sus grandes y filosos dientes, nos estamos quietas para no provocarlo y se acerca a nosotras poco a poco, ella me agarra la mano como si fuera el último día de nuestras vidas, yo se la tome muy fuerte mientras unas gotas recorrían mi rostro del miedo y temor, voltee mi rostro lentamente para ver a Clara y ella también esta llorando, al escuchar mas cerca el gruñido voltee de impacto, esta a unos cuantos centímetros.

-Celeste te quiero y perdón por ser grosera contigo- el lobo negro gruño mas fuerte.

-Yo también hermana te perdonó y tu perdóname a mi- esa cosa se acerco a Clara y la olió se separo de ella muy rápido y después me olió a mi, su hocico esta muy cerca de mi cuello, al alejarse vi sus ojos café un café intenso y oscuro a la vez al verlo se fue hacia el bosque y desapareció.

Clara y yo nos miramos con extrañeza y nos abrazamos.

-Vámonos antes de que vuelva- le dije tomando su brazo y corrimos todo lo que pudimos.

Nos cansamos de tanto correr y decidimos descansar en una piedra grande escuchamos un aullido a lo lejos nos asustamos mucho y de nuevo corrimos hasta llegar a una cabaña que sacaba humo de la chimenea y supuse que estaba alguien ahí.

-¿Tocamos?- Clara temerosa al verla, asentí, caminamos hasta la puerta yo iba a tocar pero esta se abrió por si sola yo pase primero porque vi a mi hermana asustada.

-Hola- no escuche ninguna respuesta -Perdoné por entrar así a su casa pero nos perdimos- y otra vez no escuche nada, nos adentramos mas y vimos la chimenea encendida.

El Lobo Negro || Mario Bautista ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora