=Capítulo 9=

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Disclaimer: Los personajes son de S. Meyer la creadora de Twilight (Crepúsculo) La historia no es mía, es de la fabulosa María Bravo, yo leí el libro y me encanto la historia y quise hacer una adaptación de esta historia que ella creo. TODOS LOS DERECHOS SON DE ELLAS MENTES INCREIBLES....

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=Capítulo 9=

Música:

Sparks – Cold Play.

Salted Wound – Single.

Salgo de trabajar a las tres, cojo el coche y llego al restaurante de Ros. Ha sido un día duro pero en cuanto he pisado la calle me he reactivado.

-¡Buenas tardes! – digo cuando entro por la puerta.

- ¡Hola! ¿Qué tal? – Me dice Rosalie dándome un abrazo – Te veo genial.

- Gracias, la verdad es que he tenido un día de mucho trabajo, pero ya se me ha pasado el cansancio, eso sí, tengo mucha hambre – le digo pensando que solo he desayunado y me he tomado otro café para almorzar.

-Pues ya está lista la comida – me dice sentándonos en una mesa. Nos ponemos a comer una musaka que esta deliciosa, con un poco de vino.

- ¿A qué hora tenemos que estar en el salón? Luego quiero comprarme un vestido para mañana ¿Tú te pondrás el nuevo? – me dice ella metiéndose un trozo de musaka en la boca.

- Si, para eso lo compré. Tenemos la cita a las cinco, pero está aquí al lado, tenemos tiempo de sobra – le digo e inmediatamente pienso si a Edward le gustara el vestido.

- ¿Qué tal tu sobrina? Pobrecita tan pequeña y con el brazo escayolado – dice poniendo cara de pena.

- Está bien, dice que le pica, pero hoy iba a pintar la escayola y está convencida de que así ya no le picará – le digo riéndome.

-Mi niña, que inocente – dice riéndose. Rosalie adora a mi sobrina casi tanto como yo, ella no tiene sobrinos por lo que la quiere como si fuera su propia sobrina.

- Si, muy inocente, pero según mi hermano ayer ya no paraba.- Terminamos de comer y Ros se levanta a hacer los cafés. Saco mi móvil para mirar los correos y contesto a uno en el que mi jefe me pregunta por unos archivos ¡Este hombre no sabe buscar nada sin mí! Le contesto y justo cuando le doy a la tecla de envío se abre la puerta.

- ¡Buenas tardes! – oigo esa voz que hace que me tiemblen las rodillas con solo escucharla.

- ¡Hola Edward! – oigo que le dice Ros desde la barra. Me giro y ahí está, tan guapo como siempre. Lleva un traje negro con una camisa azul eléctrico y una corbata del mismo color. Me he quedado pegada en la silla mirándolo con cara de tonta. Me mira y camina hacia mí.

- Hola – le digo con un hilo de voz. Cuando llega a mi altura se agacha hacia mi silla y me da un suave beso en los labios.

- Hola – dice acariciando mi mejilla con los dedos – Iba camino del hotel y me acordado que venias a comer aquí – me dice sonriendo.

- Sí, me alegro de verte – le digo sonriendo.

- Edward ¿Quieres un café? – le dice Ros desde la barra.

- De acuerdo, aún tengo media hora – me mira y sonríe.

- Siéntate – le digo señalando la silla que está a mi lado. Se sienta y me acaricia la rodilla con la mano.

Reservame tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora