"Pequeña felicidad"

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Después de ese día todo comenzó a fluir entre nosotros, coincidimos tanto que era sorprendente, éramos tan iguales en todos los aspectos, los dos sabíamos que seria el comienzo de algo inolvidable.

El era alto, musculoso, siempre llevaba una chaqueta negra y como complemento una sonrisa tan irresistible y por supuesto una cajetilla de tabacos y su piercing en la ceja, era de sus muchachos que se ven en las revistas tan guapos pero con aires de maldad, definitivamente mi chico ideal. 

Me habló acerca de él, de su vida y por supuesto de la chica; no se notaba emoción a hablar de ella, era como si fuera algo tan normal, tan aburrido.

El era tan rebelde, tan tierno, tan malo, tan triste pero también cansado, cansado de la vida, de desilusiones y no amorosas, familiares, podía notar que nada estaba bien, nunca hablaba de sus padres, ni de nadie de su familia.Es tan cierto eso de que no solo el amor te rompe el corazón aveces lo hace tu familia, tus amigos.

Era tan solitario pero al mismo tiempo suplicante de cariño.

Y por supuesto yo quería ayudarlo, creo en mi un sentimiento de compasión, era como si me viera en un espejo; desde el primer instante nos hicimos inseparables, así que lo invite a mi casa, accedió sin pensarlo esa misma tarde saliendo del colegio llegábamos a mi casa, mi madre lo miraba desde lejos y hacia esa típica mueca que hacen las madres cuando algo no les parece, por supuesto la ignore y entramos.

Comimos y charlamos como si nos conociéramos de años, buscamos cassettes en una caja vieja que guardaba en mi habitación con miedo de que no encontrara nada que le gustara, pero no fue así, al instante sonrió y empezo a ponerlos, nos tiramos en el piso a escuchar la música que rodeaba toda la habitación; y debo confesar que hace mucho que no sentía ese alivio al escuchar la música, fue en Love me two times-The doors que pude notar que estaba cantando, fue como si olvidara que yo estaba ahí y seguí con el, cantamos por horas; cuando nos dimos cuenta mi madre tocaba a la puerta debido al ruido, al humo del cigarro y que ya era tarde.

Apagamos la grabadora y miramos a la ventana para contemplar el atardecer, nos miramos fijamente y sonreimos, sonreimos como si estuviéramos drogados o locos y creo que si nunca en esta vida has reído de esa manera, no tiene tanto sentido vivir.

Cuando nos despedimos me dijo; que hace mucho que no era tan feliz; que mi sonrisa era tan inocente que no parecía que fuera verdad que la vida me haya dado tantos golpes y enseñanzas, que para el era tan pequeña y frágil, esa tarde decidió llamarme "Pequeña"







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⏰ Última actualización: Jan 17, 2016 ⏰

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