Capítulo 10.

13 3 3
                                    

Abrí mi boca en una gran "O", enserio... me podría tragar un elefante entero con mi boca ahora mismo.-¿QUE?-Dije casi gritando.

-No lo sé, él siempre es así cuando pasa eso, aun que hay probabilidades de que no sé, que no sea eso.-Me tranquilizó Milagros.

Pamela estaba también con su boca en una gran "O" pero desapareció cuando giré la cabeza para verla, su expresión cambio a una pervertida. Giré la cabeza en dirección a Milagros y ella imitaba la expresión de Pamela.

¿Pervertidas? ¿Donde?

Rodé los ojos y fije mi atención en un mensaje de texto.

De: Brillitos.
Para: Zoecita.
Holap ¿todo bien, Zoecita?

De: Zoecita.
Para: Brillitos.
Emmm sipi. ¿Que haces?

Subí mi mirada y ví que las chicas no estaban,. En realidad estaban chusmeando la conversación detrás mío.

Pervertidas y chusmas
¡Esas son mis amigas!

De: Brillitos.
Para: Zoecita.
Nada en la puerta de tu casa. ¿Quieres ir a la plaza?

Iba a decir que no pero en un abrir y cerrar de ojos Milagros me arrebató él celular y como su fuera telepatía ella me inmovilizó. ¡Vaya que es fuerte!

-Claro Brillitos...me arreglo y salgo.-Balbuceó Milagros mientras tecleaba las letras en mi celular.

-¿QUIEREN QUE VAYA CON BRIAN EN VEZ DE QUEDARME CON USTEDES?-Dije tratando en vano de escapar de Pamela para conseguir de vuelta mi celular.
Ellas se miraron divertidas.

-No es para tanto. Estaremos bien.-Dijo Pamela. Milagros asintió.
Rayos no puedo pelear con ellas.

Pame y Mili se pusieron a revolver todo mi armario,de seguro buscaban que ponerme.

-¡Nena tu ropa esta fuera de moda!-Dijo Milagros con tono diva.-Luego iremos de compras. Por ahora ponte esto.- Añadió Pamela entregándome una remera color crema suelta con un búho, un short color blanco y mis zapatillas negras.
A decir verdad hacía mucho calor afuera así que no protesté para llevar puesto jeans.
Me cambie y luego las tres bajamos a la sala de estar.
Supuestamente Brian me espera afuera.

Milagros abrió lento la puerta y Pamela me empujo hacia afuera para después cerrar de un portazo la vieja puerta de madera.

No pude evitar sonrojarme después de recordar la charla con Milagros sobre Brian.

Él se acercó a mi poniendo ambas manos en mis mejillas rojas.
Hubo unos pocos segundos de silencio.

-¿Estas bien? Estas toda roja...¡OH DIOS! ¡AHORA ERES LA CHICA TOMATE!-Dijo Brian provocando que yo le pegue una suave cachetada acompañado de un »¡Tonto!«
Brian rió y ambos nos dispusimos a caminar hacia la plaza.
Era un poco tarde casi como las 7 de la tarde y el cielo se tornaba cada ves mas oscuro.

Alocada VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora