Reinaba la paz y la tranquilidad en la ciudad de Los Ángeles. Vidas despreocupadas, personas alegres y amistosas, hasta hace unos días...
El nacimiento del pequeño Alex sembró el miedo. Desde el inicio de su vida no hacía más que dibujar lo mismo.
Aún nadie se ha atrevido a preguntarle porqué, ¿por qué eso? ¿Por qué siempre el mismo dibujo? Nadie le dio importancia hasta aquel día, el día en el que todos los niños empezaron a dibujar exactamente lo mismo que Alex. Cada vez eran más. Uno tras otro, papel tras papel, todos y cada uno de los pequeños dibujaban ese misterioso símbolo, como poseídos.
Nadie se atrevía a preguntar, todos querían saberlo, pero nadie parecía tener las agallas necesarias. Vivían presos del miedo, miedo ante aquel símbolo.
Eric, un joven egocéntrico, quiso acabar con todo eso. Así que reunió a todos los habitantes de la ciudad, y ante ellos, se atrevió a preguntar al mismísimo Alex, "¿Por qué?" pero él no respondió, se limitó a mirarlo con cara de desprecio y le entregó un dibujo hecho por él. Obviamente se trataba del símbolo que tanto inquietaba a las personas.
Frustrado, Eric abandonó aquel lugar. Estuvo caminando por las calurosas calles de Los Ángeles, sin rumbo fijo, triste por no obtener respuestas.
Finalmente regresó a su casa, donde extrañamente se hallaba un niño pequeño de unos seis años.
-¿Quieres saber por qué?- Preguntó el pequeño intruso.
-Por supuesto.- Respondió Eric con un brillo en los ojos. Al fin iba a saberlo.
Los ojos del niño empezaron a volverse de un color rojizo, cada vez más intenso, hasta el punto en el que empezaron a salir llamas de fuego de de estos. Sus dientes se alargaron y afilaron y en menos de un segundo acabó con el muchacho.
El tiempo seguía pasando, todos se preguntaban donde estaba Eric. Pronto, las preguntas cesaron, pues hallaron su cuerpo sin vida bajo un puente, nadie comentó nada, no sabían que decir. El miedo les volvió a consumir por dentro, ahora, no solo estaban preocupados por el símbolo, sino que también por el asesino que mató al chico y que seguramente ahora andaba suelto por esas mismas calles. Eso es lo que creían ellos.
Días después, uno por uno, los niños empezaron a enfermar, todos cayeron en los brazos de Dios, ninguno sobrevivió. Sin embargo antes de morir, todos volvieron a dibujar el mismo símbolo, pero esta vez dentro de una bandera.
Pasaron varios años, nadie se atrevía a tener ningún otro niño, pues temían que tal acontecimiento volviera a suceder.
Desgraciadamente, una mujer de 34 años quedó embarazada por error. Los nueve meses siguientes se hicieron eternos.
Toda la cuidad volvió a ser presa del pánico. Sabían que algo malo iba a traer aquel niño, y no estaban equivocados.
El 28 de Mayo la mujer dio a luz. Nadie lo pudo creer, pues aquel bebé salió del vientre de la madre con el símbolo que años atrás los pequeños no paraban de dibujar, el símbolo que sembró el miedo en todo el mundo, el único dibujo capaz de callar a los ciudadanos por miedo.
Ese símbolo estaba grabado en su frente...
Ana Wolf
