Sueños Y Desastres

Amigos

Algunos meses después

Ismael era mi mejor amigo. Me gustaba hablar con él de tantas cosas, pero en la congregación había un par de chicos algo mayores que yo, así que hice un par de tonterías.

Mi hermana y yo hicimos una apuesta.

- Si le hablas a esos dos, prometo regalarte lo que más quieres en el mundo.
- No apuestes cosas que sabes que voy a cumplir.

Me levanté de mi asiento en el salón de reuniones, caminé donde ellos estaban y los saludé.

- Hola,¿ cómo se llaman?

Me respondió un chico de altura media, ojos color miel y tez un poco clara.

- Soy Jehú, y mi amigo es Elías.

- Soy Michelle. Nunca los había visto. Mi hermana es un poco seria.

- Si no me dices no me doy cuenta.

Pasamos un rato hablando de tonterías, hasta que mamá nos llamó.

- ¿Qué estaban haciendo?

- hablábamos con esos chicos de allá- contesté con tranquilidad.

- ah bueno, se ven muy espirituales, espero que se lleven bien.

Esa semana era especial. Había una visita en la congregación de un hermano que solía visitar las congregaciones para darles ánimo, y su visita estaba a punto de terminar, así que organizaron una especie de fiesta para despedirlo. Sería el domingo.

El domingo que llegue a la fiesta con mi familia, Jehú y Elías estaban en el sistema de sonido, veían algunos vídeos y reían bastante.

-Así que veniste- me dijo Jehú con una sonrisa extraña.

- Si, vine con mi familia. Ahí están- respondí señalando el lugar donde mi mamá y hermanas estaban.

- Me alegra que hayas venido...digo que hayan venido- se apresuró a decir. Le sonreí. Si presencia me hacía sentir rara. En poco tiempo empezó a hablarme de su vida y me parecía bastante interesante, hasta me olvidé de buscar a Ismael en toda la tarde.

Al final del día, cuando todo terminó me disponía a marchar, pero me sujetó del brazo y me besó levemente en la mejilla. Todo era muy raro, yo jamás me había sentido tan ligera, o con tantas ganas salir corriendo y gritar, y saltar, y hacer muchas cosas extrañas.

Era oficial. Jehú me gustaba.