Capítulo especial: Primera ronda

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- Señor, la casa esta limpia ¿Podemos irnos a dormir?- preguntó una chica morena cuyo pelo negro y liso se recogía en una coleta que caía por su hombro derecho.

Se inclinó hacia delante para dirigirse a su amo y lo miró desde el borde de la piscina, sonrió ligeramente mientras le hablaba al ver al vampiro nadando cómodamente con su pequeño humano hemofílico agarrado a él por miedo a ahogarse pues no sabía nadar.

- ¿ Has puesto las cosas de Jay en mi habitación?- preguntó mientras el aludido se sonrojaba. Siempre había dormido en una habitación individual como el resto de los siervos de Jason, aunque este entraba cada amanecer en su cuarto para despedirse de él antes de irse a dormir, pero aquella sería la primera noche que dormiría con su amo, en su habitación, en su cama.

- Sí, todo esta allí- respondió ella con una sonrisa amable en su rostro mientras bostezaba, era sólo medianoche pero había estado despierta el día anterior haciendo las tareas que su mejor amiga había olvidado por tal de ahorrarle una bronca por parte de Jason.

- Pues entonces podéis hacer lo que queráis-Dijo sin mirarla a la cara y haciendo un gesto de manos para que se retirara. La chica le lanzó una mirada a Jay y le guiñó el ojo derecho, a esas alturas todos los amigos de jay y sirvientes de Jason ya se habían percatado del favoritismo de su amo por ese hemofílico.

Dejó de nadar y se apoyó en el borde de la piscina dejando sus brazos reposar en el borde de mármol mientras su chico lo abrazaba por el cuello y se pegaba a él bajo el agua.

- ¿De verdad dormiré en tu habitación?- preguntó Jay emocionado y hundiendo su cara en el agua, solo hasta la altura de sus ojos para poder ocultar sus enrojecidos mofletes. Jason asintió acariciándole el pelo y tomándolo de este para sacar su rostro de debajo del agua y así poder darle un tierno beso en los labios, aquel joven era precioso.- ¿Co-como es?- preguntó el menor mientras enrollaba sus piernas en la cintura del mayor al notar que este se desplazaba por el agua.

En la piscina ya hacía frío y aunque no le molestase, Jason lo notaba y sabía que a su pequeño sí le afectaba.

- Ya lo verás, aunque tal vez esta noche solo puedas fijarte en la cama- susurró en su oído, mordiendo el lóbulo de él. El chico solo se estremeció y se dejó hacer.

Al principio cuando estaba con Jason el miedo a intimar con él como pago por la manera gentil en lo trataba lo tenía distraído y asustado todo el día, pero poco a poco acabó dándose cuenta de que el vampiro se ocupaba de él y lo cuidaba con cariño de forma desinteresada, aunque claro, el deseo seguía ahí.

Aunque no era un deseo simplemente morboso, ambos pudieron identificarlo fácilmente como una consecuencia de su amor, o quizás simplemente otro tipo de amor diferente al que habían comenzado a sentir desde el principio, uno más carnal y terrenal. Fuese lo que fuese a los dos les quedó claro que no era un simple deseo animal movido por sus instintos, su atracción venía junto a sus sentimientos, y estos eran correspondidos por ambos.

Aunque Jay aún tenía algo de miedo de hacerlo con Jason, él era vírgen, humano y mucho más pequeño, pero confiaba plenamente en el vampiro. Jason siempre era tan sobreprotector.

De hecho, hacía solo unas semanas ambos habían tramado un pequeño plan para ablandar un poco el corazón de Samuel, un amigo de Jason, con tal de que este descubriese el buen camino y tratase con respeto a su pequeña mascota humana, Aaron.

Jay había propuesto dejarse morder por Samuel siempre y cuando este siguiese las gentiles indicaciones de Jason, y este había aceptado a regañadientes. Al final el plan no pareció servir de mucho, más bien Aaron era el único que podía ablandar al vampiro.

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