Capítulo Cuatro

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Una tarde de verano, hace tres años.

Caminaba, distraído con mis auriculares puestos... mirando hacía el suelo.

Sin darme cuenta choqué con alguien, inmediatamente me quité los auriculares e iba a disponer a disculparme, cuando me di cuenta de quién era.

Era ella.

- Umm, Disculpa..- dijo con voz muy vaja.
No sabía que decir, no sabía como hablar.
Se me olvidó todo lo que debía hacer, cuando ella se dirigió a mi.
Estaba tan cerca, sus labios húmedos, sus ojos castaños me miraban expectantes a una respuesta.
- Hey.. ¿estás bien?- habló animadamente.
- Si... yo... estoy... bien...
Fue lo único que mi estúpido cerebro maquinó.
Llevaba puesto una falda de color rosa, con una camiseta de tirantes negra y sandalias del mismo color que la falda.
Iba realmente guapa, ella era una chica muy hermosa.
Lo único que no entendía, era por qué seguía ahí y no sr había ido ya.
- Eh vale.. igual estaba distraída. ¿vives por aquí?
- Sí.
Y tras decir aquel estúpido monosílabo, di media vuelta y caminé.
Sintiendo sus ojos en mi espalda.

Ese día fue el único en el cual entablamos una conversación, si es que se puede llamar así.
Me dolió haberla dejado así, fui tan descortés y ella intentó hablar conmigo.
No entiendo, por qué no puedo hablar con ella, en un mundo paralelo a lo mejor podríamos haber llegado a ser algo.
Pero eso no pasará.
Lo único que sé es que estoy loco por toda ella.
Loco.
Ese día ella cumplía 17 años.
Ese día yo ya estaba enamorado de ella.
Ese día me prometí que la haría mía.

¿Obsesión? Sólo por ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora