El gimnasio.
Golpeaba con fuerza la bolsa de box que yacía frente a mí.
Derecha, izquierda, derecha, izquierda. Sentí una sensación y levanté mi mirada para encontrarme a una chica mirándome de una forma increíblemente descarada. Ella tenía lo suyo. Su cuerpo no era del todo delgado, pero si curvilíneo. Su cabello recogido de forma poco dedicada la hacía ver demasiado bonita y sexy. ¿Qué estás diciendo, Derek? Tú no ves a las chicas así. Además Lucas está justamente detrás de ti.
Lucas es un tío rencoroso deseoso de venganza. No desperdiciaba oportunidad para vigilarme y empezar a sacar conclusiones de lo que me hacía daño. No podía apartar los ojos de ella. Lucía como una preciosa ángel ahí parada en la puerta sin apartar la vista de mí. Fingí ignorarla y noté como su presencia se movía mientras caminaba con la mirada baja. Veme, joder. Se puso de espaldas para no poder verme y creo saber porque lo hizo. Mi presencia le afectaba demasiado. Noté como movió su cabeza apuntando al lugar donde me encontraba yo y los ojos del señor Montgomery se deslizaron hasta mí. Una sonrisa de satisfacción se plantó en su cara y noté el movimiento de un cuerpo al lado de mí. Lucas salía del gimnasio.
Mierda.
Seguramente se había percatado que la chica había llamado mi atención. Me encogí de hombros cuando ella volteó su cuerpo para mirarme directamente a los ojos. Preciosa. Las puertas del gimnasio se abrieron escandalosamente y una Amber entró contoneándose hasta llegar a mi lado. Vete de aquí. Yo quiero al ángel de pelo castaño. Noté como la preciosa chica se sintió incómoda y bajó la mirada, tomó los papeles que le tendía el señor Montgomery y se dedicó a salir. Amber no dejaba de parlotear tratando de llamar mi atención y esto ya me estaba hartando. Cállate, joder. Ignorándola caminé en dirección al dueño del gimnasio y sonreí amable limpiándome el sudor. Sabía que yo le agradaba.
—Señor Montgomery... ¿Cómo está? Le quería hacer una pregunta... ¿Quién es la dulce chica que entró hace unos minutos? —pregunté y un pequeño rubor subió por mis mejillas. ¿Pero qué carajo? ¡Sólo es una chica!
—Ella es Eve Montgomery, Derek. Y ella es mi hija. —declaró orgulloso y me dedicó una mirada cómplice. Sí, señor. Su hija me gusta. Y no pararía hasta volverla a ver otra vez.
Eve.
ESTÁS LEYENDO
Obsession
Teen Fiction¿Qué harías si la única persona que has tenido en toda tu vida amorosamente te engaña después de tantas veces? ¿Y qué pasaría si, de repente eso te llevara hacia alguien más? ¿Sería amor verdadero u obsesión? Nota del autor: puede haber faltas de or...