En la penumbra solo podía percibir mediante mis sentidos los gritos despavoridos, fuera de lo que posiblemente se podría llamar una habitación, la pestilencia de un olor a sangre que ha emanado desde dentro de mi centro incubatorio por muchos días, y la visión parcial de un par de extremidades mutiladas que supone son mi aperitivo para una sobrevivencia mundana. Desde que estoy aquí — que no lo recuerdo —, mis pasados de claustrofobia fueron difuminándose de poco a poco. Mis primeros días en esta jaula mi cerebro reaccionó emitiendo un claro pavor, haciéndome así gritar desesperadamente por horas y días, hasta tal punto de quedar afónico. En mis pasados días, antes de que estuviera atrapado en esta esfera de autismo infernal, lo poco que mi mente expulsa de memorias — debido a la nublanza — es que en algún momento me encontraba sentado, en un columpio hecho en una rama de un viejo roble, con ...... con una chica ...... no recuerdo su nombre, luego de eso, mi mente se ciega.
ESTÁS LEYENDO
FICCIONES
Misterio / SuspensoEl miedo se encarga en muchas ocasiones de hacernos conscientes de los peligros externos que nos pueden amenazar, y nuestro organismo los interpreta de la siguiente forma. Los anticuerpos son proteínas que sintetizan nuestro sistema inmunitario para...