CAPITULO 1: EL ENCUENTRO

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Ángel Gutierrez Alvarez un chico un tanto especial por sus ideas y locuras aunque nadie supiera lo que en realidad hacía. Ángel estaba en un mundo tan especial para Él en el que ella esa chica tan guapa pero él no podía saber como se llamaba el solo soñaba con esa chica tan hermosa que sus ojos echaban lágrimas, que su cuerpo temblaba y su corazón palpitaba con tanta fuerza que se le iba a salir del cuerpo, hasta que su hermano Alberto lo despertó.

-Maldito no te podías quedar quieto.-Dijo Ángel.

-Que estabas embobado.-Dijo Alberto.

En ese momento Ángel decidió irse a su habitación donde podría seguir soñando con su amada sin nombre.

Al día siguiente Ángel fue al instituto y era su primer día, allí la vio era ella esa era la chica su nombre era Celestia rubia ojos marrones pero con una mirada dulce. Él no supo que hacer ni que decir porque él estaba sentado a su lado, ella le pregunto su nombre.

-AAAA...Ángel ¿y tú?-Le preguntó él.

-Celestia-Le respondió-¿por qué estas tan nervioso?

-Nada solo es que soy muy tímido-Dijo Ángel.

Al llegar a su casa Ángel le contó a su mejor amigo Alex lo que le había sucedido.

-Tío Alex que he visto a la chica de mis sueños.

-No jodas en serio ¿quién es? ¿la conozco?

-Creo que sí porque esta en nuestra clase se llama Celestia.

-Tío que guay espero que puedas estar con ella.

-Gracias.

-No las des.

Al día siguiente Ángel fue al instituto como todos los días pero el se sentía algo extraño no era un día cualquiera sino que era uno de esos días en los que todo lo malo que podía pasar pasaba pero el no lo sabía. A llegar a clase Celestia lo miró se acercó a él y le dio una torta.

-¿Por qué me as dado una torta?

-Porque eres imbécil, te crees que porque te guste tengo que aguantar esto.

-Aguantar ¿el qué?.

-Ya lo sabrás tú.

Ángel se quedo anonadado no sabía el porque de eso. Alex le dijo que el no había sido y Ángel pensó que podría ser Alberto pero como podría ser el si no le dijo nada de lo que había pasado ayer.

Al llegar a casa le preguntó a Alberto:

-Alberto ¿has sido tu quién a escrito eso de Celestia?

-Sí.

-¿Quién fue?

-Yo, para hacer la gracia de que te gustaba.

-Te mato, tu eres imbécil o que ¿tu sabes lo que has echo?

-Sí, reírme de ti.

-No me vuelvas a hablar en tu vida.


Déjame soñarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora