Louis caminaba alegremente de la mano de su novio, al cual amaba mucho, tanto que según él no podía expresarlo con palabras. Claus se reía cada vez que su novio hablaba de esa forma, y es que era demasiado romántico y estúpido a la vez. Ellos se amaban y eran felices juntos, al menos por ahora.
Se pararon en la acera mientras esperaban a que el semáforo se pusiera en verde para cruzar. Habían estado juntos por tres meses y se sentía como que nunca iba a acabar. Louis no paraba de hablar de Claus, ni Claus de Louis. Sus amigos decían que eran una panda de asquerosos por estar tan locos el uno por el otro. Pero el castaño hacía un tiempo que le molestaba lo empalagoso que su novio estaba siendo con él, no entendía por qué ya que él hasta hace nada era igual, pero había empezado a irritarlo. Eso no significaba que no lo amara, ni mucho menos.
Cruzaron la calle y a lo lejos vieron la cafetería que tanto frecuentaban desde hace dos meses. Al entrar al establecimiento, el pelinegro se sentó en una mesa que había quedado libre hacía unos pocos segundos, mientras Louis comenzaba a andar hacia la barra dispuesto a pedir el desayuno. Solamente tuvo que esperar unos cinco minutos, hasta que una chica pelirroja y con las mejillas muy rojas le sonrió, haciéndole entender que podía ordenar.
"Buenos días" saludó el castaño con amabilidad "Queremos un café con leche, un batido de chocolate y dos muffins de chocolate" ordenó sin dejar de sonreír en ningún momento.
"Enseguida, cariño" respondió la chica, tomando nota y yéndose rápidamente a la cocina para dejar el pedido que Louis acababa de hacer.
Mientras tanto el chico se fue a la mesa donde Claus lo esperaba, tan sonriente como siempre. Como él. A veces odiaba que se pareciesen tanto. A veces le hubiera gustado que su novio fuera un poco menos como él, y un poco más como... no sabía exactamente como pero que no estuviera tan pendiente de él en todo momento. Lo que no sabía es que tarde o temprano ese deseo ya no le convencería tanto. Pero volviendo a la historia...
Ellos estaban conversando tranquilamente sobre las ganas que tenían de empezar la universidad. Los dos tenían contados los días que les quedaban para comenzar su primer curso. Seis.
Louis quería estudiar magisterio ya que adoraba a los niños, mientras que Claus quería estudiar Historia de la música. Ambos estaban completamente emocionados de que llegara el primer día, y más aún porque sabían que iban a estudiar en la misma universidad, lo cual era bastante beneficioso para ellos, ya que no habían estudiado jamás en el mismo centro.
Ellos se conocieron en la fiesta de cumpleaños número diecisiete de Louis, y Claus había asistido porque era el mejor amigo de Niall (uno de los mejores amigos de Louis). Los dos se habían hecho íntimos amigos ya que la felicidad y la energía de ambos les complementaba. Después de un año y unos meses, Louis le pidió salir a Claus ya que según Niall, estaba completamente enamorado del castaño y Louis también del moreno, así que debían estar juntos sí o sí. Y ahí estaban, felices desde que se conocieron.
Después de su pequeña charla, la muchacha que había atendido a Louis anteriormente vino a dejarles sus pedidos y se marchó con una dulce sonrisa hacia la pareja.
"¿Vamos a ir a la fiesta de Daniel esta noche, Lou?" preguntó Claus esperando que su novio diera una respuesta más que afirmativa. Realmente le apetecía ver a todos sus amigos después de pasar todo el verano sin verlos, ya que se había ido de vacaciones con su novio a la montaña, esas vacaciones habían sido más que asombrosas para los dos, pero tenía muchísimas ganas de reencontrarse con su pandilla. Louis en cambio, creía que había empezado a aborrecer el empalague de Claus, durante ese viaje. Todos sabemos que la convivencia es dura.
Louis puso una mueca de duda y más tarde de cansancio. "Puedes ir tú si quieres, amor. Pero estoy cansado" enseguida vio como el moreno hacía un puchero "No tenemos por qué ir siempre juntos. Ve tú y diviértete" respondió Louis intentando animar a su novio y dándole enseguida un casto beso en los labios.
"Pero Louis... tú sabes que sin ti no me divierto" dijo tristemente esperando convencer al chico que se encontraba a su lado. Como lo suponía Louis enseguida hizo una sonrisa dulce y le asintió con la cabeza.
"Vale amor, pero solo porque tú me lo pides" respondió el castaño aún cansado. No le apetecía mucho ir pero parecía que al otro le hacía mucha ilusión, así que accedió.
El moreno se acercó aún más a su novio y le plantó un beso en la mejilla derecha. "Te amo y los siguientes días si quieres podemos quedarnos durmiendo"
"Eso suena perfecto" sonrió el ojiazul abrazando al chico por sus hombros "Yo te amo mucho más" comentó seguro de sí mismo, mientras se empezaban a comer a besos.
Mientras tanto, unas mesas más a su izquierda, se encontraba Harry, quien observaba con disgusto aquella asquerosa escena. ¿Cómo alguien podía ser tan empalagoso? El rizado seguía odiando el amor tanto como a sus trece años. Vio como la pareja de cerca dejaba de besarse, para empezar con su desayuno. Él ignoró todo lo demás de esos dos y siguió concentrado en su cuaderno de poesía. No estaba muy inspirado últimamente y necesitaba encontrar su fuente de inspiración, sea como sea.
Hacía unos días Harry recibió un correo de una editorial bastante prestigiosa de la ciudad, diciendo que su profesor de Literatura les había enseñado alguno de sus escritos, y que si el joven estaba verdaderamente interesado, que les gustaría publicarle un libro con sus poemas.
Harry jamás respondió. Eso eran cosas suyas, no ibas a enseñarlas por todo el país solo porque a su maestro se le había antojado. Claramente no.
No supo cuando fue que alguien tropezó con su silla y casi se cae encima de él, haciendo que unas cuantas gotas de su café cayeran en el cuaderno. Se giró malhumorado dispuesto a enfrentar a la persona que lo había interrumpido, pero cuando se giró observó con asombro que había sido uno de los chicos que anteriormente se estaba besuqueando con su novio delante de todo el local. El chico se veía avergonzado, y sus ojos azules se veían más que arrepentidos.
"Ay, lo siento muchísimo" exclamó Louis realmente arrepentido. Harry lo miró con una expresión neutra "Si quieres te puedo comprar otro cuaderno, lo siento mucho" siguió hablando e intentó coger el diario que el rizado había dejado en la mesa cuando se manchó.
Este al notar que por poco alcanzaba a leer todo lo que estaba escrito en esas páginas, se levantó enfadado cogiendo todas sus cosas (incluido el diario) y se dirigió a la barra dispuesto a pagar su desayuno.
Louis se sintió fatal consigo mismo, al ver que había enfadado tanto a ese chico y se dirigió a la mesa con su novio de nuevo, olvidando que tenía que ir al baño.
"¿Qué ha pasado?" preguntó Claus a su novio, viendo como la expresión de este era triste. Este le explicó lo que había pasado e intentó consolarlo "No te preocupes, Lou. Es un imbécil" Louis asintió, sin embargo aún se sentía mal por los sucesos anteriores.
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hola!! sé que podría hacerlas mucho más largas las partes, pero ahora mismo he escrito ésto sin demasiado tiempo. pero prometo intentar hacerlas más largas. espero que os esté gustando la historia, de verdad. tengo demasiadas expectativas puestas en ella y me encantaría que dierais vuestra opinión. también siento mucho si hay algún error ortográfico y/o de redacción, podéis avisarme si encontráis alguno, pero está escrito en poco rato y muy deprisa. no suelo cometer fallos, pero avisadme si encontráis alguno.
bueno eso es todo, cositas lindas. os amo.
-elena
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Medio lleno - h&l
RomanceLouis es un chico de solamente dieciocho años, el cual está siempre alegre. Él piensa que la vida es hermosa y que todo el mundo debería tener el placer de verla con los mismos ojos que él. Se podría decir que siempre ve el vaso medio lleno. Harry...