CAPÍTULO DOS

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Louis se encontraba en la entrada de la facultad, esperando a que fuera la hora para comenzar su primer curso en la universidad, estaba muy emocionado. Llevaba años soñando con dejar el instituto y empezar a estudiar una carrera. Sobre todo Magisterio. No dejaba de mirar el reloj en ningún momento, se le estaba haciendo eterna la espera. Pero había sido mucho peor tener que esperar seis días para comenzar con las clases.

Estos últimos días habían sido bastante tranquilos. Los había pasado tirado en la cama con su novio, el cual no se despegaba de él en ningún momento. Había estado muy a gusto, sin embargo. Adoraba a Claus, no había otra forma de explicar sus sentimientos hacia el moreno, aunque a veces discutieran y se le hiciera completamente irritante, jamás se cansaba de pasar tiempo con él. Pero lo que más adoraba era dormir con él, era una persona muy tranquila en la cama, pero a la vez muy apasionada. Aunque cuando se trataba de dormir, no se movía en ningún momento. Eso a Louis le encantaba.

En ese momento le llegó un mensaje al móvil. Al desbloquearlo observó que se trataba de su madre. La echaba de menos. Le encantaba vivir en Londres, jamás se cansaría, pero echaba muchísimo de menos a su familia. Tendría que visitarlos muy pronto, y quizás se llevaba a Claus con él para que le conocieran.

"Que te vaya bien en tu primer día de clases. Te queremos, cielo. Xx"

Su madre era la mejor persona que jamás hubiera conocido, la quería demasiado. Se podría decir que era su persona favorita en el mundo y jamás se cansaría de repetírselo. Pensó en qué responder.

"Yo también os quiero mucho, mamá. Y, ¡gracias! Esta noche te llamaré, xx"

Sí, definitivamente llamaría esa noche a su familia, ya que hacía ya bastante que no oía las vocecitas de sus hermanas, y para él ellas eran la luz de su vida. Aunque sonara un poco cursi, era la verdad. No cambiaría a su familia por nada en el mundo.

De pronto, decidió volver a mirar a su reloj y pudo comprobar que ya era la hora de entrar a su primera clase de muchas. Estaba emocionado.

Recorrió lentamente un pasillo muy grande. Eso no se parecía en nada a su instituto, le encantaba. Al notar que la gente iba con demasiada prisa, aumentó su velocidad, ya que quizás era tarde y no se había dado cuenta. Enseguida encontró el aula 208, ahí comenzaría una de sus tantas asignaturas.

Las tres primeras horas se pasaron volando y sin darse cuenta de lo rápido que pasaba el tiempo, se dispuso a ir a la cafetería y cogerse algo de almorzar. La cafetería era enorme, había como cincuenta mesas dispersas por ahí, más otras muchas en el jardín. Entró por una puerta de cristal desde el jardín y enseguida divisó una fila larguísima, llena de alumnos hambrientos. Iba a ir a coger sitio, pero entonces se dio cuenta de que Claus no estaba allí. Se había olvidado del moreno. Decidió mandarle un mensaje después de ordenar su comida.

Se adentró por la multitud de personas y llegó a lo que supuso que era el final de la cola. No estuvo parado ni cinco segundos cuando alguien se le intentó colar en la fila. Se trataba de un chico bastante más alto que él, pero definitivamente no iba a dejar que nadie pasara antes que él. Así que le tocó el hombro haciendo que el chico se girara. Su sorpresa fue mayor cuando descubrió que era el chico raro de la cafetería, al que le destrozó el cuaderno.

"¿Qué quieres?" gruñó el rizado mirando fijamente a Louis.

"Es que te has colado, y de verdad me gustaría conseguir mi comida e irme" respondió el castaño, bastante enfadado ya por la actitud del ojiverde.

"A mí eso no me importa, pequeñajo" replicó Harry haciendo que el otro chico soltara un pequeño bufido "Además... tú estropeaste mi diario, así que mereces un pequeño castigo" dijo señalando el cuaderno que llevaba entre sus manos, con expresión neutra, como siempre.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2016 ⏰

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