Me desperté, aun no recordaba nada, fui a la cocina para desayunar, estaba mi madre preparando el desayuno.
- Buenos días mama.
- Buenos días Beth.
- Hoy voy a ir al hospital de ayer... Y a intentar recordar cosas, es muy frustrante no recordar nada, me llevare el móvil, asi que no tienes de que preocuparte.
- Me parece bien que intentes recordarlo todo, es lo mejor para ti y para los de tu entorno, también es frustrante para nosotros, ten cuidado.
- Si, mama.
Me vestí con unos pantalones negros rotos, una camisa de cuadros de manga larga y las converse, cogí un bolso con mi monedero, móvil, una mini libreta con un boli y las llaves de casa, salí de camino, fui en autobús, apesar de lo que me pasó, no les tengo miedo... Al cabo de un rato, llegue allí, sabia lo que tenia que hacer, quería hablar con la otra chica, básicamente, lo que no pude hacer ayer, y intentar ayudarla, lo malo seria que ya se hubiese ido... Entre decidía y busque al medico que me atendió la vez pasada.
- Perdona...
- Si? Te ocu... Oh! Eres tú, la chica de ayer! Que haces tu por aquí?
- Venia a pedirte un favor, verás... La otra chica... Me gustaría hablar con ella.
- Entiendo tu deseo, esta en la habitación 116 de la segunda planta, ella ya sabe que es Alex, así que llamala por su nombre para que se acostumbre, y si puedes, acompañala a su casa.
- Oh, claro! Gracias por tu ayuda.
Camine hacia el segundo piso, y busque la habitación 116... Me paré, ahí estaba, en frente de mis ojos, la habitación de la chica igual a mi, decidí a entrar.
- Hola Alex.
Estaba tumbada en su cama, al oír su nombre giro la cabeza rápidamente, estaba asombrada.
- Quien... Eres tú?
- Yo soy Beth, supongo que te habrán hablado de mi, o si no, ahora te lo explico.
- No, no, no, ya se quien eres... Que haces aquí? No esperaba que vinieras a verme... Yo no lo hubiera hecho... No después de que por mi culpa perdieras la memoria...
- Ehhh... No pasa nada ¿vale? Ahora todo esta bien, lo pasado es pasado, y vengo a aquí a ayudarte.
- Vaya... Gracias... Pero ni yo se donde vivo.
- Lo descubriremos, tranquila, no puedo dejarte aquí sola sin saber si alguien te va a venir a buscar...
- Gracias.
- Preparate, cuanto antes comenzemos, mejor.
- Esta bien.
Se preparo y enseguida salimos en autobús, fuimos al sitio del accidente, ya que, si estaba circulando por allí, sera porque vivía por allí, así que fuimos en marcha.
- Recuerdas algo? - pregunté yo.
- No, nada de nada - respondió.
Ante nosotras se presento una mujer, empezó a hablarle a Alex.
- Pero donde te habías metido?! Estaba asustadisima! No vuelvas a hacer algo parecido.
- Señora, conoce usted a Alex?
- Si, soy la mujer que cuida de ella en el orfanato.
- Orfanato?! - preguntó Alex totalmente aturdida.
- Si, vives en el orfanato desde bien pequeña, yo cuidaba de ti desde entonces ¿no lo recuerdas?
- No.
- Señora, hubo un accidente aquí mismo el otro día, ella y yo perdimos la memoria, mi madre volvió a por mi pero yo volví para ayudarla a ella. - intervine yo.
- Dios mio... Alex! Que hacías aquí?!
- No lo se! No me grite! No me gusta...
- Si que ha perdido completamente la memoria, ha cambiado, pero... Aquí hay algo mal... Sois completamente iguales.
- Si... No sabemos el porque... Pero esperamos saberlo al recuperar la memoria.
La señora se llevo a Alex al orfanato, yo volví a casa, teníamos visita, era mi supuesto amigo de la infancia... Era muy guapo, se llamaba Daniel.
- Beth!! Que te ha pasado loca?!
- Daniel? Hola... Un accidente, pero no te preocupes demasiado.
- Que no me preocupe?! Podrías haber muerto!
- Daniel! - Grito mi madre.
- Es la Verdad. Ten mas cuidado, por favor.
Luego cenamos, todos en silencio, Daniel se fue, y yo me fui a dormir, mañana era el primer día de instituto después de aquello... No se si llegare a sobrevivir a escuchar tantos "Beth! Estas bien?!" sera horrible, pero almenos se que se preocupan por mi.
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Recuerda
Novela JuvenilBeth es una chica popular, pero simple, mientras que Alex es una chica que sufre cada día bulliyng de sus compañeras, ellas tienen algo en común, pero no saben el que, en un accidente, no llegan a recordar nada, y acaban viviendo la vida de la otra.