Desayuno Sorpresa

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-¡Lucy levántate o llegarás tarde a clases!- gritó mi mamá, desde la cocina, igual que cada lunes.

Puedo sentir el olor de panqueques recién hechos desde mi habitación, eso significa que mamá está de buen humor, probablemente este un paso más cerca de descubrir la cura para el cáncer o algo del estilo. Mi mamá trabaja en un laboratorio, en un proyecto de investigación sobre los diferentes tipos de cáncer y como tratarlos; y cualquier tipo de avance en su proyecto, significa una celebración en casa, es decir, un desayuno con panqueques recién hechos.

-¡Ya voy!- le contesto como de costumbre, entonces me levanto y comienzo a vestirme.

Mamá está de buen humor, así que no conviene molestarla preguntándole si sabe donde dejé mis jeans negros favoritos, esos que papá me regalo en mi último cumpleaños, en lugar de eso prefiero usar los nuevos que ella compró para mí. Milagrosamente encuentro una polera limpia al fondo del armario, está nueva, ni siquiera le he quitado la etiqueta, pero me gusta, aunque no puedo recordar cómo fue que llego allí, a demás hace un conjunto perfecto con mis nuevos pantalones.

Una vez vestida bajo a desayunar, junto a mi mamá y al flojo de Zeus, mi gato, quien se toma demasiado en serio su nombre, y tal como el dios que él cree ser, se dedica únicamente a ser servido, claro que en vez de tener a toda una civilización bajo su poder, solo nos tiene a mi madre y a mí.

Zeus fue mi regalo de cumpleaños cuando tenía doce, por ese entonces mis padres todavía estaban juntos.

Ellos se separaron el 13 de septiembre del 2011, creo que ambos esperaron que cumpliera una edad apropiada (es decir, que tuviera la madurez suficiente como para acertar su separación sin deprimirme ni nada del estilo), para comenzar sus vidas por separado, sin embargo ellos siguen siendo amigos, supongo que siempre funcionaron mejor siendo amigos, que siendo pareja. Recuerdo que cuando era pequeña, mis padres iban siempre a buscarme al colegio, al igual que los padres de los otros niños, pero ellos no se cogían de la mano, ni se besaban y creo que solo los vi abrazarse un par de veces, mis padres, más bien olvidaban su verdadera edad por un tiempo, ya que generalmente iban jugando a montarse sobre la espalda del otro, o haciendo cualquier otra cosa que hacía pensar que aun tenían quince años. En cuanto ellos me veían, tenían una carrera para alcanzarme, y el objetivo era abrazarme primero, por lo que cuando yo los veía a ellos huía, para así prolongar el juego. Usualmente terminábamos en el suelo los tres, riendo a más no poder. Todos en mi clase creían que mis padres eran los más geniales del mundo, también yo creía eso. Solo una cosa me hacía dudar a veces de su genialidad, y era el hecho de que se negaran a darme un hermanito, pedí eso para cada cumpleaños y cada navidad desde que aprendí a leer, he mantenido esa tradición, de modo que uno de mis tres deseos de cumpleaños, siempre está reservado.

-¿Hola? Tierra llamando a Lucy-

-Aahh... Eee... hola mamá- las personas suelen tener ese efecto en mí, cuando me hablan de improviso, tardo un poco en reaccionar. De pequeña mis profesores decían que era muy distraída, pero mi mamá siempre aseguró que se debía a que mi mente va más rápido que mi boca, quizás tiene razón, creo que en general si pienso más rápido de lo que hablo, eso hace que hablar en público sea bastante difícil. Papá siempre dijo que herede eso de él, y tiene que ser verdad, porque mi madre podría hacer un discurso para todo el país, sin ni siquiera tartamudear, en cambio mi padre tiene inconvenientes incluso para realizar sus clases en la universidad.

-¿Cómo amaneció mi bebe?- pregunto mi madre con ese tono infantil que siempre usa cuando quiere molestarme.

-Mamaaaa.... ¡Que no ya no soy un bebe!-

-Aay Lucy Querida...- suspira ella- recuerda tu SIEMPRE serás mi bebe-

-Si claro... como sea. Entonces... ¿A qué se debe nuestra celebración?-

-Recuerdas aquella convención de la que te hable hace un par de meses...-

- ¿La de Estados Unidos?-

-Si, esa.-contesta mamá con entusiasmo- Bueno el punto es que Javier me llamo hace un rato para decirme que nuestro proyecto fue seleccionado. ¡Iremos a EE.UU!-

-¡¡¿¿Quéeee??!! ¡¡NO!!- ¿Pero qué rayos está pensando mi madre ahora?- Mamá NO, nosotras no...-

Y en ese preciso momento tocan el timbre ¿Salvada por la campana? Por supuesto, seguro es Sebastián. Sí mi mamá quiere llevarme con ella a EE.UU creo que voy a morir, es que aaaaaaaaa......

-Hola Pequeña, Hola Zeus- dice Sebastián, mi mejor amigo desde siempre, quien desde el año pasado es 20 cm. más alto que yo e insiste en hacérmelo notar cada vez que le es posible- ¿Porqué esa carita de enojo? ¿Acaso te asusto el cuco?-

-Bien cariño, hablaremos en la tarde ¿si?- dijo mi madre como si nada hubiera pasado- Apúrense o llegaran tarde a clases.-

Entonces tomo mi mochila, la echo sobre mi hombro y salgo de casa, sin decir absolutamente nada.

-¡Hey! ¿Te olvidas acaso que si paso por ti cada día es para ir juntos al colegio?-me giro en ese momento, chocando contra el pecho de Sebastián que viene justo detrás de mí.

-Seba, escucha si. Yo enserio no estoy de ánimo ahora para tus bromas así que enserio te agradecería si me dejas en paz-

-No lo entiendo. ¿De qué me perdí?-

-Nada... es solo que ¿recuerdas las perfectas vacaciones que teníamos planeadas?, bueno pues nada de eso va a pasar ahora porque mi mamá va a ir a EE.UU. con el estúpido de Javier y probablemente intenten llevarme con ellos-

-Oye se que enserio odias a Javier pero tal vez podrías darle una oportunidad, sé que es el novio de tu madre y todo eso, pero...-

-¡¿¿QUÉ??!- ¿Es que todos están locos?- Seba, puedo aceptar que cualquiera intente convencerme de darle una oportunidad a Javier, pero tú, mi mejor amigo, el único que sabía de mi plan para reconciliar a mamá y a papá, el chico en el que mi padres confiarían mi vida, él que me conoce más de lo que yo misma me conozco. ¿Es qué no entiendes que Javier siempre arruina mis planes?-

- Ok... lo siento ¿sí?, entonces ¿ya sabe todo esto tu padre?-

-no sé, la verdad no tengo ni la más mínima idea, estaba a punto de recibir más detalles cuando llegaste-

-yo y mi maldita puntualidad...-¿a qué rayos se refiere con eso de su maldita puntualidad?, Sebastián siempre ha hecho alarde de ella- de todas formas, si no fuera por ella, llegarías tarde a clases todos los días- eso si sonó como el Sebastián que yo conozco.

Luego de unos 10 minutos más de caminata, llegamos al colegio y entramos justo para el toque de timbre, así que tenemos que correr para no llegar tarde a clases.

Espero que les haya gustado, es la primera vez que publico algo de lo que escribo, así que cualquier error es por inexperiencia... 

La verdad aun no estoy segura de que pasara de ahora en adelante, así que cualquier ayuda, sugerencia, reclamo, etc. lo agradecería muchísimo. 

PD: a medida que vaya describiendo los personajes, buscare fotografías de ellos y las subiré.

Gracias por leer ^•^

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