Capítulo 2

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Capítulo II

Una dama que no cede fácilmente

y no parece dócil o sumisa,

obtenerla se vuelve de lo más estimulante

Consejos para una dama

Lady Escrúpulos (Gaceta de la Sociedad)

Andrew salió de la casa de Danielle aturdido, con los hombros tensos, estuvo a muy poco de haber besado a la chica, estaba enfadado consigo mismo. Aquella mujer siempre conseguía sacarle de quicio. Siempre lo fustigaba con su lengua afilada, algo que a él le encantaba. Pero de ahí a tener algo con ella era impensable.

Él Sabía gozar y gozaba. Encontraba placer en las mujeres y a cambio les procuraba inmenso placer. Le gustaba la superficialidad de su vida y de sus relaciones. Las mujeres con las que se relacionaba estaban siempre alegres y sonrientes. Nada era jamás complicado, una chica como Danielle Wilcox significaba mil complicaciones.

Las mujeres virginales como ella eran iguales a problemas, las vírgenes eran iguales a matrimonio, hijos y familia, pensaba Andrew horrorizado. Para él las mujeres vírgenes eran como perros hambrientos que una vez que atrapaban a su presa no la soltaban. Lo que representaba la muerte de lo más hermoso que le puede pasar a un hombre, la soltería. Él no concebía estar con una misma mujer ni siquiera por una semana, y menos entraba en su mente pasar con una sola, el resto de la vida.

Lo más sensato que debía hacer era mantener a esa coqueta brujita bien lejos de él, aunque faltara a su palabra.

Después del caluroso encuentro con Andrew, Danielle se fue a su estudio, era un sitio luminoso y alegre, y era la única habitación de la casa que ofrecía una vista plena de los maravillosos jardines de la propiedad y no había nada más encantador que ver la colina cuando el sol jugaba con el suelo verde o el cielo vespertino, cuando se transformaba de un azul claro a un rosado carmesí. Tomó su pincel y se volvió hacia el lienzo apoyado encima de un caballete en medio de la habitación.

Dio unas pinceladas suaves y fluidas, estaba terminando de pintar, un florero lleno de rosas rojas.

Este era ya su cuarto intento, la pintura no era su fuerte, pero le gustaba, y cuando realmente se concentraba lograba hacerlo bien, pero practicaba y practicaba, porque quería pasar a la categoría de excelente. Estaba tan absorta pintando que no escuchó cuando su madre entró en la habitación.

_ ¿Cariño ya se ha ido el Vizconde tan pronto? _ preguntó Julianna con curiosidad.

_ Sí, pero regresará mañana.

_ ¿Vendrá de nuevo?

_Sí.

_ ¿Cuál es ese asunto que tienes con ese devorador de mujeres?

_ Cuando se entere que le has puesto ese apelativo, le va a encantar.

_ Si fuera un poco mayor me gustaría ser unas de sus presas.

_ ¡Madre!

_ Es una broma, ahora hablando en serio, háblame de lo que te traes con él.

_Es algo privado.

_Señorita me temo que no aceptaré esa respuesta, ¿Te está seduciendo?

_ ¿No mamá cómo crees?

_Qué más puedo pensar, no entiendo qué relación puede existir entre una dama como tú y un libertino como ese, me dices que está pasando cariño o tendré que prohibirle la entrada. _Dijo en tono de advertencia.

TE DESEO A TI  (#2 Serie "Las Solteronas al Poder")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora