One-Shot

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—H-Hi...b-bari...s-saah —la voz de Tsuna resonó melódica por el despacho del consejo estudiantil al nombrar al moreno, esté había empezado a juguetear en su entrepierna y eso le hacia sentir raro, pero a la vez era excitante, aunque la brutalidad del contrario lo asustaba.

—Sshhh... No hables... —soltó Hibari en tono serio mientras continuaba con los movimientos y disfrutaba del menor. -No entiendo lo que me pasa contigo...

El castaño intentó no hablar, le asustaba el que el contrario le hiciera algo mucho peor. Se llevo las manos a la boca para tapar los dulces sonidos que no dejaban de cesar a causa de su trato. Entre abrió los ojos al oír esas ultimas palabras. No se podía creer que hubiesen acabado así, solo hacía escasos minutos que Hibari lo había llamado, había sido todo muy rápido, solo recordaba al moreno lanzándose sobre el, acorralándolo contra el suelo mientras empezaba a deshacerse de sus ropas, había tenido miedo mucho miedo, pero otra rara sensación había comenzado a invadirlo cuando había empezado a meter la mano por el interior de su ropa, acariciando su piel para después deshacerse de la molesta tela y poder rozarla con sus labios. Y ahora estaban así, él tumbado en el suelo, solo con los boxers por debajo de las rodillas,  mientras le moreno estaba sobre él con una mano en su zona más íntima, si eso seguía así iba a...

 De repente empezó a sonar el himno de la escuela, era el tono de llamada de Hibari, eso quería decir que el estaban llamando. El moreno se reincorporó un poco y con un gruñido llevo una mano a su bolsillo para coger el móvil, cesando todo movimiento, pero quedándose donde estaba. Si el moreno se hallaba de mal humor eso seguramente repararía en el castaño, pero, parecido ser importante, porque en cuanto oyó a la otra persona al otro lado del teléfono se levantó, le rodeaba un aura asesina, indicando que aquello sería grave y no tardó en salir del despacho.

Entonces, Tsuna aprovechó para huir de las garras del lobo, vistiéndose rápidamente mientras trataba de cubrir las pequeñas marcas que le había dejado el mayor, aún seguía confundido con todo lo pasado pero por otro lado se había sentido tan... ¿bien? Sacudió la cabeza para después colocarse un poco el pelo, eso no podía ser, eran dos chicos y aquello estaba mal y de todas maneras Hibari lo había forzado en cierta manera, se quedó algo en shock por aquello sin saber que hacer la próxima vez que le viese, no podía actuar normal, pero de momento debía salir de allí ante de que volviese...

Pasaron las dos horas siguientes de clase y nada nuevo, el castaño con todo aquello no se podía concentrar, mas bien se concentraba menos que de costumbre, ya que no podía olvidar lo sucedido... Al estar así tuvo que salir de clase para dirigirse al servicio, pero, la bestia lo agarró por los pasillos....

—M-mate Hibari-san...—volteó e intentó arrastrase para poder escapar de él, pero el moreno se negó a dejarlo marchar. —¡¡I-iiih!!¡¡A-ayuda!!— se zarandeó intentando escapar con el rabo entre las piernas, mientras gritaba en busca de alguien que lo ayudase, pero todos los estudiantes que pasaban por ahí huían despavoridos, todos temían al fiero presidente del consejo estudiantil.

Como el contrario no dejaba demontaraquel escándalo, Hibari, le lanzó una mirada asesina mientras sacaba uno de sus tonfas de debajo de la chaqueta que siempre llevaba a modo de capa...

—O te estas quiero o kamilorosu...

Aquella amenaza hizo que el contrario se quedase quieto, aun así temblaba.

 — N-no he hecho nada... H-hibari-san...

—Lo se... — dijo simplemente volviendo a caminar y bajando el tonfa, no diciendo nada mas, al chico no le gustaban las compañías por lo tanto no era un hablador, aunque recientemente había desarrollado una extraña adición al castaño.
— P-pareces...e-enfadado...— Se atrevió a decir con voz temblorosa. Se agarro de las ropas del moreno teniendo la sensación de que caería. No entendía por que lo llevaba así si no había echo nada eso le hizo llegar a pensar que lo castigaría. 

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