Parte 2- Las estrellas, el sol y la luna.

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Llegamos a casa y soy yo la que me ofrezco a vaciarle la maleta. Después, mientras el ve la televisión yo hago la cena, esperando a que me diga que va a dar una vuelta para airearse y acabar accidentalmente en el bar, sin más, lo de siempre.

Por la ventana se ven las estrellas, que tal vez sea mi imaginación, pero me parecen que hoy brillan más que nunca.

Me quedo embobada mirándolas por la ventana.

- Si preciosa, si. Hoy brillan más que nunca, ¿y sabes por qué?- me a debido de ver mirando por la ventana, sin embargo no le quita la vista a la tele.

- ¿Por qué?- pregunto apartando la vista de la ventana. Solo se lo pregunto, por que en fin, es lo que se suele decir cuando alquilen te pregunta eso.

- Es por mí.- dice.

- Las estrellas no brillan por nadie papá.- digo dejando la idea de que por un momento me sintiera como una niña con su padre.

- ¿que no qué?- pregunta levantándose de un salto del sofá.

- Claro que si hija. Hoy brillan por mi por que voy a dejarlo, hoy voy a pasar la noche aquí, contigo. - me sorprende lo que acaba de decir.

Me sorprende mucho.

Es extraño, pero nada mas llegar de la terapia al llegar a casa va derechito al bar. Y es lo que hará, tarde o temprano, pero lo hará. Lo sé

- ¿En serio?- pregunto con sarcásticamente.

- Si hija mía, si, es más, te voy a enseñar como las estrellas si brillan por las personas.- no se que le pasa.

Pero me gusta que esté así.

Seguramente que solo es un truco para ganar mi confianza.

- Mira ven.- me dice cogiéndome del brazo y saliendo al porche de fuera. Se apoya en la valla e indica a la estrella mas brillante del cielo.

- Esa estrella, la que mas brilla, ¿la ves?- me dice.

Asiento apoyándome a su lado en la valla.

- Bien, pues esa estrella brilla por tu madre.- se queda un momento mirando a la estrella mientras sonríe.

- La que está justo debajo, esa pequeñita, esa brilla por Jimmy.- nunca le había oído hablar así.

Desde que no están no a vuelto a hablar de ellos, salvo cuando está borracho, que es la mayoría de las veces, pero no sabe lo que dice cuando está borracho.

- ¿y tu y yo?- pregunto.

El se echa a reír.

- Tu y yo no somos estrellas, no, no. Sabes que la mayoría de estrellas que vemos están muertas, ¿no? Pero en su día brillaron tanto que hoy es el día en que su luz sigue viajando por el espacio. Y lo mismo pasa con mamá y Jimmy, en su día fueron tan importantes, que aun que ya no estén, nos seguimos acordando de ellos, por eso las estrellas brillan por ellos.- hace una pausa para coger aire. - tu y yo somos el sol y la luna.- dice finalmente.

- ¿Y quién es el sol y quién es la luna?- pregunto.

- Tu eres el sol y yo soy la luna.- dice mirando al cielo.

- ¿por?

- porque el sol es el que refleja la luz en la luna, y la luz es como la fuerza. El sol le da la fuerza a la luna, por lo tanto, tu eres el sol y yo soy la luna.-

No se porque, es como si una fuerza dominara mi cuerpo, pero sin saber por que, apoyo la cabeza en el hombro de mi padre y le doy un beso en su mejilla.

Miles de pensamientos bombardean mi cabeza. ¿Qué acabo de hacer? Ya se que es mi padre, pero cambie mi concepto de padre hace ya un tiempo. De repente mis labios empiezan a moverse por si solos.

- No papá, yo estoy aquí por ti, tu eres mi sol.- le susurro.

No me puedo creer lo que acabo de decir, el no es ni mi sol ni mi luna, el en todo caso tan solo es una estúpida tormenta que me impide seguir adelante. El sonríe y me responde con un beso en la mejilla.

De repente el tiempo de detiene, y me vuelve el mismo sentimiento que cuando la mujer me hizo aquella pregunta, es como si todo se parase y todos estarían pendientes de mí.

De repente un par de lagrimas caen por mis mejillas, luego caen más y más. No se porque lloro, creo que tengo miedo. Tanto tiempo sin poder ni siquiera acercarme a el.

Tanto tiempo esperando este momento. Tanto tiempo sin el. Tanto tiempo que no se si es real o falso.

Hacía ya seis años que no se quedaba conmigo a dormir después de la terapia.

- ¡Eh! No llores preciosa.- me coge la cara entre sus manos, me limpia las lágrimas y me da un beso en la frente.

- ¡Te echaba tanto de menos papá!- digo finalmente lanzándome a sus brazos llorando como una descosida.

Aun que esté llorando estoy tremendamente feliz, tal vez este sea el mejor día desde hace ya mucho tiempo. Tal vez.

Tras cenar y charlar un rato decidimos irnos a la cama. Me meto en la cama sin poder creer que mi padre esté durmiendo en la habitación de al lado.

Haciéndome fantasías sobre el día de mañana en el que está mi padre, conmigo. Finalmente me duermo con una sonrisa en mi cara.

"Papá a vuelto" susurro a las estrellas mirando por la ventana. Suspiro sonriendo, cierro los ojos y duermo.

La chica que soñaba con sentir.Where stories live. Discover now