* Semana siguiente*El Sábado amaneció un poco frío y con una pequeña lluvia, me levante de mi cama con mi pijama que consistía en una camisa gigante que era de papá y un pantalón de tela ancha, atuendo perfecto para el día; Me puse mis pantuflas color de garras de dinosaurio y baje a preparar algo para desayunar.
Ya en la cocina me serví una taza con chocolate tibio y unas tostadas con queso crema, me senté en el acolchonado sofá y puse programas al azar.- Buenos días, pequeña - saludo papá bajando por la escales muy bien vestido.
- Buenos días - me quede observando su vestimenta, parecía que iba a una cita de negocios, no pudiendo aguantar la duda y dije - ¿A dónde iras?
- Tengo un almuerzo de negocios- respondió restándole importancia al asunto.
- ¿Puedo ir? - pregunte con mi labio en forma de puchero y poniendo cara triste.
Papá me escrutó con la mirada y me pareció ver un pequeño destello fugas de miedo en sus ojos - Ariel, esas personas no son de fiar, además te podrían aburrir con nuestras charlas, ¿qué tal si en lugar de ir conmigo, te doy algo de dinero y te compras algo lindo? - papá levanto sus cejas de un arriba abajo queriendo 'provocarme', pero lo único que consiguió fue una pequeña risa de mi parte al ver sus cejas bailar de arriba a abajo.
- Claro que no!, yo quiero ir a ese almuerzo, quiero conocer a tus amigos!! - le dije emocionada, desde que murió mamá, papá no había tenido mucha interacción amistosa, solo se dedicaba mas que todo a protegerme y a trabajar.
- Ariel, quiero que entiendas, esas personas, ninguna es de fiar, ellos no son mis amigos.
- por favor papá, no quiero quedarme sola de nuevo - seguí hablando con mi puchero.
- Esta bien pero por favor hazme algo de comer y luego puedes ir a cambiarte - papá soltó un suspiro con pesadez - iré hacer unas cuantas llamadas.
Mientras papá subía a su habitación, me dedique a preparar un buen desayuno para el, quería hacer algo que mamá me hacia todos los días y a mi me encantaba, huevos revueltos con salchicha y panes tostados bañados en mantequilla, serví un baso con zumo de naranja y una taza con café, también adicione un poco de mango y fresas picadas en un plato hondo.
- Papá! el desayuno ya esta listo - grite desde la cocina.
- Ya bajo - respondió casi corriendo por las escaleras; Cuando llego hasta la barra donde estaba todo su desayuno, sus ojos se abrieron y luego me observo con asombro - ¿tu me has preparado esto?.
Probablemente vio mi expresión de "¿A quién más vez aquí?" pues inmediatamente continuo hablando:
- Ariel es que - su voz se corto un momento y sus ojos se cerraron con fuerza como si no creyera lo que esta viendo - Ariel, tu madre me preparaba un desayuno igual a este y... - su voz se corto y sus puños se apretaron tan fuerte que sus nudillos palidecieron.
No puede hacer más que ir hacia él y darle un fuerte abrazo, mis ojos se llenaban de lágrimas mientras veía como papá se desmoronaba en mis brazos, sentía sus lágrimas calientes caer poco a poco sobre mi camisa.
Estoy completamente segura de que aquel día que mamá murió, se llevó una parte de papá, una parte que tal vez no vuelva a ser la misma jamás.
Intentando controlar la situación, papá seco sus lágrimas disimuladamente para luego secar las mías con su pulgar y depositar un beso en mi frente.
- ve arriba a cambiarte, te he dejado un obsequio encima de tu cama - dijo intentando que su voz se escuchará normal.
le di un fuerte abrazo -esta bien papá, disfruta tu desayuno.
Ya en mi habitación, pude ver como una pequeña caja de madera de un aspecto bastante viejo reposaba sobre mi cama, en su tapa había una ' A ' adornada con un pequeño lazo, al abrirla pude ver un anillo color oro con un pequeño corazón en el medio, bajo el había una nota " De Cristina para Ariel, Feliz día hija",
Un pequeño suspiro se escapo de mis labios.La extraño tanto.
- Es tu regalo de graduación junto a un viaje- desde que mamá murió, papá se concentró más en mi bienestar, él decidió sacarme de la escuela y pagarle a una profesora en casa - Ariel aquel anillo le pertenecía a tu abuela, ella pidió que te lo entregáramos cuando estuvieras lista y Cristina creía que ese momento era exactamente el día de tu graduación. Yo dártelo un año antes, porque sé que ya estas preparada, Ariel, necesito que lo cuides bien, este anillo puede hacer cosas tan poderosas que ni tú te imaginas.
¿Anillos Mágicos?
- Gracias, papá- dije sincera, tener algo que le perteneció a mamá significa mucho para mi.
- De nada cariño, ahora cambiate para que vallamos, hable con mis socios y llevaran a sus hijos también para que vayas haciendo amigos.
Papá se fue sin esperar mi respuesta, entre al baño de mi habitación y cerré la puerta con seguro, me despoje de mi pijama y mis pantuflas para poder entrar en la ducha. Me bañe con agua fría para quitar todo rastro de sueño y mal olor de mi ser, el agua se sentía tan bien, me sentía relajada, como si cada gota de agua al golpear contra mi cuerpo hiciera pequeños masajes.
Al salir de la ducha, abrí mi armario y mis ojos se toparon con una manta color beige, con un grabado en hilos dorados...
Ariel White
Aquella manta fue un regalo de parte de mis padres al nacer, recuerdo que en los días lluviosos, los relámpagos me asustaban y con esa manta dejaban de asustarme, no sé muy bien el porque con la manta ya no me asustaba pero de todos modos algunas cosas deben quedar en misterio para que la humanidad siga fluyendo en paz.
Me vestí con un vestido color vino tinto con estampado floral y mangas hasta los codos , que quedaba 5 dedos por encima de la rodilla y lo convine con un unas zapatillas bajas color negro, por último deje secar mi cabello para hacerle pequeñas ondas en las puntas, lave mi cara y por último agregué un poco de rímel a mis pestañas.
Baje a la sala y divise a papá esperándome con una corbata formal color vino a juego con mi vestido y un traje negro.
- ¿Nos vamos?.
- Claro, papá.
***
Luego de treinta minutos de viaje en el auto, páramos frente a un gran restaurante de comida hispanoamericana.Al entrar, papá pidió ayuda para localizar nuestra mesa, que por cierto, estaba llena de hombres con traje.
Pero eso ahora no me importaba mucho pues estaba enfocada en unos fascinantes ojos que me miraban sin expresión.Hola qué tal?
Como habrán notado hice unos pequeños cambios a estos dos primeros capítulos, espero y les guste.
Gracias por leer, perdonen las faltas ortográficas.
-Alejandra García
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Dulce Infierno
Teen FictionMiedo, terror y pánico invaden mi cuerpo, alguien me sigue, no puedo ver su rostro gracias a la oscuridad; desde la muerte de mi madre siento que alguien me observa, me persigue, siento la necesidad de huir es como un sexto sentido que me avisa que...