Dulce Infierno

Capítulo cinco.

- ¿Cómo sucedió? - pregunto Mark curioso, al igual que todos.

- Tuvo un accidente automovilístico - dije seca, intentado contener las lagrimas.

- Lo siento mucho - me abrazo, sentía sus fornidos brazos rodear mis hombros, por un momento pude sentir su respiración traspasando mi cabello y chocar con mi oído.

- ¿Qué esta sucediendo aquí? - la voz de papá hizo que me sobresaltara.

- No se preocupe señor, solo me despedía, ya me iba - dijo un Mark ahora de pie frente a mi padre.

Papá se acerco a mi y dijo:

- ¿Qué le has echo a mi bebita, maldito zángano?

Y hay va de nuevo

- Papá ya basta!, Mark solo intentaba disculparse.

- Descuida Ariel, de igual manera ya me iba, Connor me esta esperando.

¿Connor?

- Y debo hablar muy seriamente contigo Ariel - dijo papá intentando mostrarse severo.

- Hasta luego Ariel y señor- dijo Mark con un ademan.

- Espérame en el despacho -  dijo papá sin mirarme y caminando quién sabe a dónde.

Estuve aproximadamente quince minutos esperando a que papá apareciera, cuando entro al despacho se sentó en su tan amada silla de cuero.

- Ya como lo sabes, el señor Marco me ha ofrecido darte una educación más... digamos... complementaria, teniendo en cuenta que no podremos matricularte tan fácil, puesto que estudiar en casa es una complicación en cuanto a boletines y certificados, deberás asistir a partir de el miércoles y hacer unos cuantos exámenes que espero, puedas aprobar. Sea cual sea la decisión acerca de tu ingreso en ese instituto quiero advertirte un par de cosas - papá sonaba severo como si lo que estuviera a punto de decirme fuera algo de vida o muerte.

- Continua - dije alentándolo.

- ¡NO QUIERO NADA DE CHICOS AQUÍ!.

¿quién es éste y por qué se llevo a mi papí?

- Y menos - la respiración de papá era agitada, como si algo muy en su interior le dijera que se calmase - que se paseen por la casa teniendo sus sucias manos en mi bebita - Lo ultimo lo exclamo con rabia y tristeza, había dejado de mirarme para mirar a un punto fijo en el despacho.

Ya veo por donde va esto...

- Papá, siempre seré tu bebita.

Sus brazos me rodearon como a un oso, el parecía querer decir algo, pero al final fui yo quien hable:

- No tienes porque preocuparte.

- No quiero que ningún zángano le rompa el corazón a mi bebita.

- Papá, si hablas por Mark, apenas y lo conozco.

- ¡Deja de excusarte Ariel!

¿Pero qué se cree éste hombre? ¡definitivamente esto se va descontrolar!

-¡Cambiemos de tema! ¿Cuándo comienzo las clases?

- Debo hacer un par de llamas, la primera es para cancelar al que sería tu profesor provicional y luego  contactar a Marco para dar todos tus requisitos.

- Esta bien - las palabras salieron con demaciada emoción de mi boca.

La pantalla del celular de papá se encendio, mostrando una llamada entrante; antes de poder ver quien llamaba papá tomo el celular y dandome una pequeña disculpa se fue al jardín.

Me dirígia a mi habitación junto a una taza de chocolate tibio; (no esque yo fuera muy amante del café) acomode un par de almohadas como soporte para mi espalda y pase una sabana por mis piernas, intentando sentirme lo más comoda posible, tome el tan hermoso libro que me regalo mamá ya hace tantos años.

''  - He estado engañándote, porque no me he atrevido en tanto tiempo a confesarte cuánto te amo en realidad.                                                                                                                                                                                                    - ¡Más todavía! ¿y por qué no lo has dicho?                                                                                                                           - Porque he tenido miedo.                                                                                                                                                             - ¿Miedo de qué?                                                                                                                                                                               - De que tú me ames menos, menos que yo.  ''

Cada frase de aquel libro me recordaba a mi madre, pero nada que ver conmigo, sino ella y mi padre, pensar en sus sentimientos, en lo que él sentia mientras veia a mamá como una hermosa flor marchitandose rapidamente; pensar en eso me rompia el corazón.

Cuando termine de leer mis dos capítulos diarios de María me di cuenta que no había probado ni un sorbo de mi bendito chocolate y que ahora en vez de estar tibió, estaba frío y sin mucha gracia.

Para no desaprovechar mi bebida, decidí agregarle un poco de leche en polvo y ¡más chocolate! Para hacer dos vasos, para papá y para mí.

Ya en la cocina decido agregarle hielo y revolverlo en la licuadora, preparo galletas y pongo todo en sus respectivas vajillas.

Mientras me dirijo al despacho de papá veo como las sombras de los árboles reflejadas por la luz entran por la ventana de la sala.

-Cariño, ven, te necesito un momento

- Hay voy papá

Con la mayor paciencia posible tomó la bandeja y camino lento y seguro, no quiero que los vasos que están rebosando de chocolate se derramen.

Entro al despacho y veo a papá con una libreta en una mano, un lápiz en la otra y su teléfono entre su oreja y hombro.

- oh linda, necesito por favor que me busques por allí tu acta de nacimiento - papá señala el rincón de su despacho donde hay una mesa llena de papeles y libros

- Esta bien Marcó, se lo are saber, si claro ella está completamente capacitada, es una buena niña - la conversación de papá hacia eco en todo el despacho - qué!? No, claro que no! Mi bebé está bien sin ningún zángano!

Mi impresión era tal que creo que mi ojos estaban a punto de salir de mi sistema; tome el móvil de papá y con un "hasta luego Marco y perdona a mi padre" colgué la llamada.

-Aquí tienes mi acta papá

- Ari yo...

- Nada de Ari, papá.

- Marco me indico que mañana tendrás que ir al instituto a por un par de exámenes necesarios para tu ingreso, tendrás que ir de 9Am a 3Pm.

- Esta bien.

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Hola 😛 disculpen la tardanza

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Hasta que vuelva la inspiración!💘