Aprendiendo A Querer

CAPÍTULO 1

Esta mañana mis padres ya estaban listos para mudarnos. A pesar de no tener amigos siento una tristeza al dejar mi hogar, mi pubertad y adolescencia en ella, su terraza era mi lugar favorito, en ella me ponía a leer mientras escuchaba música, escribia los poemas que me gustaría dedicar a aquella persona especial de la cuál algún día me enamorare, por que a la fecha, teniendo 18 años no he tenido un primer amor ¿patético no? Ja!.
Pero la hora ya se llegó, mi madre espera en la entrada principal ansiosa de su nueva casa, con un topper en las manos y puedo asegurar que es de pure de papa (le encantan las patatas) , mi padre ya está en el auto listo para partir.
El día anterior me despedí de mis compañeros de preparatoria, y algunas de mis pocas amigas. Realmente me siento extraño pues jamás había pensado en que me mudaría, y es muy curioso pensar que esas frases de "te llamaré diario" y" jamás te olvidaré " forman parte de las cosas que menos haces cuando tu amigo se va, quizá porque no es la primera vez que lo experimento, pues en la primaria al mudarme por primera vez mi amigo Alex prometió mandarme postales, y creanme que al día de hoy sigo esperando una postal.

En mi fiel mochila llevó lo necesario para no aburrirme; un IPod, una libreta, mi cámara, un té, mi almohada, audífonos y mi móvil.
Al paracer no sería tan largó el caminó, pero igual decidí dormir. 
Al abrir los ojos note que el auto no estaba en movimiento, mis padres estaban bajando algunas cosas que traían en la cajuela, y asi con el rostro lleno de sudor bajé del auto puesto que ya habíamos llegado, no quedaba mas que empezar con la jornada de amueblar la casa.
Era una casa muy bonita, pero nada como mi primer hogar, escogí mi habitación y la verdad es bastante cómoda, mis cajas eran pocas así que no tarde mucho, lo único que destacaba de las paredes blancas era mí poster de The Killers.
Algo típico de las mudanzas era cenar pizza, en ese momento mis padres estaban regocijados de su nueva casa, luego me comentaron que el lunes entraba a la preparatoria ya que habían aceptado mi cédula.
A decir verdad no me agrado la idea de ir a la preparatoria, no tenía ganas de conocer a nadie, pero igual debo cumplir con mi deber, el país debe estar orgulloso de mí.