siete.

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Emily cerró la puerta, pero Niall no se lo iba a permitir y de un puñetazo rompió el cristal de la puerta justo en el momento en que ella conseguía arrancar.

Pero algo iba mal, la dirección no respondía, el volante estaba muerto, e iba irremediablemente de frente contra un árbol con el cual choco golpeándose con el volante en la cabeza. De repente quedo cegada por la sangre, no veía nada, solo oyó como se abría la puerta y la sacaban del coche.
- ¡Maldita sea! ¿Ves lo que ha pasado? ¡Has podido matarte!. -le gritó mientras la introducía en la casa.
Ella estaba mareada, temblaba incontroladamente y le dolía la cabeza.
- Escúchame, no voy hacerte daño, solo quiero verte esa herida - dijo sentadola en la mesa.
- No me toques, tienes que llevarme a un hospital o voy a desangrarme, esto terminó- decía ella entre sollozos intentando apartarle.
- Emily, estate quieta, déjame verte eso, no me obligues a atarte.
- ¡Pero por el amor de Dios! ¿Serías capaz de atarme? Tengo la cabeza abierta necesito un medico.
- No sabes nada de mí, no te has molestado en conocerme ni tan solo un poquito ¿Verdad?
- Eres un egocéntrico, estoy desangrándome, ahora mismo no me interesa nada de...
- Voy a coserte yo, así que estate muy quietita esto no puede ser muy difícil. ¿No?
- ¿Qué, qué? Ni hablar, estas loco... no dejaré que lo hagas - dijo intentando levantarse de la mesa.
- Estate quieta de una vez, no voy hacerte daño, será rápido. - dijo sujetándola de los brazos.
- Suéltame por favor, ni se te ocurra pensar que voy a dejarme curar por ti, ¡*beep*, reacciona, me estoy desangrando! - dijo llorando histérica e intentando zafarse de sus brazos, levantándose de nuevo, pero el fuerte dolor que sentía casi la hizo caer.
- Vale, vale... Tranquilízate. Soy médico, no te voy hacer daño. - le dijo echándola en el sofá.
- ¿Eres medico? No me mientas, por favor...
- Bueno, en realidad no es cierto del todo: soy cirujano - le decía mientras le limpiaba la herida que por fin había dejado de sangrar. - La verdad es que esto no tiene buen aspecto, voy a tener que ponerte una pequeña anestesia que no te dolerá nada y darte unos puntos. - Ella pareció tranquilizarse, pero le miraba con recelo. - Lo prometo, no tardaré.
Parecía que sabía lo que hacía, así pues Emily se dejó hacer, no tenía mas remedio y en poco tiempo terminó y le vendó la herida, después fue a la cocina con una toalla para humedecerla y comenzó a limpiarle de la cara la sangre seca.
Era tan tierno Emily comenzó a relajar sus nervios. En ese momento sus manos acariciaban su rostro con ternura, sentimiento que comenzaba a no dejarla indiferente. Su cuerpo se estremecía con esas caricias - debo estar volviéndome loca - y él se dio cuenta de ello, cogió su cara entre la manos y comenzó a besarla lenta y suavemente... y ella se dejó llevar por los sentimientos que en ese momento crecían en su cuerpo.
- Dios, lo que me ha costado... - le susurraba Niall al oído entre beso y beso. La tomó de la cintura y Emily enredó sus piernas en la cadera de Niall, mientras la llevaba al sofá.
Emily despertó con una sensación de bienestar que hacia muchos días que no sentía. El sol entraba en la habitación caldeando el ambiente, iluminando la habitación. Sintió los brazos de él que la rodeaban. ¿Cómo podía haber ocurrido esto?
Recordó la apasionada noche anterior, y se ruborizó un poco.
Niall se movió y la abrasó más fuerte. Seguía durmiendo. Emily se soltó de sus brasos suevamente, se vistío y salio de la habitación.
Decidió bajar al sótano. Éste no tenía nada que ver con la pulcritud de la casa, estaba totalmente desordenado, sucio, lleno de trastos; no había ventanas o si las había no se veían. Allí había de todo: muebles viejos, cajas y cajas de libros de medicina, botes de pintura a medias... trastos y más trastos, nada interesante, hasta que encontró una puerta medio oculta.
La puerta estaba cerrada pero era vieja y consiguió forzarla. Dentro todo estaba oscuro y no había nada especial, solo una cama, una mesa y una silla.
¿Para qué usará esta habitación? ¿Para estudiar, meditar...? -En una de las esquinas encontró un fichero - A ver que tenemos por aquí.
Abrió el primer cajón y encontró varias carpetas: Hilary Parker
Serán pacientes, Pero al abrirla no era informes médicos lo que encontró, si no fotografías y papeles: domicilio, trabajo, horas de entrada y salida, estaba claro que era un informe de la vida de esa chica
Esto es increíble, es un acosador. Aquí hay mas de 12 expedientes. - Comenzó a ponerse bastante nerviosa.-Pero, ¿qué voy a esperar? A mi me secuestró.

Secuestrada |Niall Horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora