Punto pendiente.

El comienzo del fin.

- ¡Jade! 

- ¡¿Debby?!

-¡Sí! ¡Y también Mer!, te tenemos noticias.

-¡No me espanten! ¡¿Qué pasa!? -dice preocupada.

-Tranquila. -Mer y yo hablamos al unísono en tono amable.

- Son dos, una buena y la otra mala -hago una pausa.

- Pues hablen, que me preocupan.

- La primera es que te extrañamos.

- ¡Pero si eso ya no es noticia!, ustedes también me hacen falta.

- ¡Jajaja! -comienza a reír Mer -. Si, ¿verdad? -dice aún más animada.

- Bueno, ¿y cuál es la segunda? - pregunta Jade más tranquila.

- ¡Pues que nos dieron el cambio de turno!, ¡Mer y yo estaremos en la mañana! -grito de felicidad.

- ¡Estupendo! -se percibe su ánimo- ¡Se lo merecen chicas!, deberíamos ir a celebrar este fin de semana.

- ¡Por supuesto! -responde Mer.

- Será cuestión de organizar la hora -añado.

- De acuerdo, digan en dónde y a qué hora.

- Te enviamos mensaje Jade, ahora debemos dejarte porque ¡iniciamos mañana! -aclara Mer.

- Perfecto, ¡las quiero y suerte!

- Gracias Jade, nosotras también te queremos -concluyo.

- ¡Adiós! -grita Mer y cuelga.

Me giro y abrazo a Mer por los hombros.

- ¿Te imaginas? ¡Oficialmente somos del matutino!

- ¡Para nada!, pero por fin lo logramos, ¡adiós profesor lengüitas! -sonríe abiertamente.

- ¡Jajaja! ¡Lo mejor es que seguiremos viendo a Cassie!

- Sí, sin duda alguna. Sino nos llama ayer, seguiríamos en la tarde. -Dice solemnemente.

- Pero ahora será mejor que cada quien se vaya a descansar, no es que te esté corriendo.

- ¡Sí! Tienes razón, yo necesito mis 10 horas de sueño y eso es poco.

- ¡Jajaja! Ya lo creó, pareces mapache con esas ojeras. -Me da un codazo, lo único que hago es soltar un quejido.

- ¡Anda! Que no es para tanto. -La veo fingiendo enojo.

- Ya, tranquila. ¿Te veo mañana en el tren?

- Claro, te parece a las ¿6?

- Si, pero se puntual. -Sentencia.

- ¡Jajaja! No cuentes con ello.

- Bueno, ahora sí. Hasta mañana, le preguntaré a Cassie que materias tie... tenemos, mañana para que llevemos las libretas.

- De acuerdo, avísame y saluda a mi tía.

- Claro. - Se despide con la mano, mientras camina hacia la puerta.

En cuanto cierra, me dirijo a la cocina y me preparó una hamburguesa, mientras recuerdo lo sucedido horas atrás.