Capítulo 3

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Automáticamente me llevo una mano a la cara, me ha hecho daño, iba fuerte. Frunzo el ceño, miro a mi alrededor, ha sido uno de los idiotas de primero de bachiller, mejor dicho el más idiota de todos, Félix. El chico que se las da de chulo y por eso todos le siguen, aunque la mayoría de las chicas lo odian y en mi caso es igual.

-Oh, Lauri, lo siento, ¿te he hecho daño?- pregunta con ironía mientras sonríe. Yo lo miro con cara de pocos amigos.

-Pues sí, la verdad es que sí- le suelto cabreada.

Derek se pone delante mío y me lleva a conserjería para que se lo cuente al conserje. No se lo voy a contar, obviamente, eso solo empeoraría las cosas. Hace tiempo que aprendí que lo mejor es no enfurecer a Félix, además no siempre se mete conmigo, a veces parece hasta amable, es un chico raro. Yo creo que tiene problemas con sus padres y por eso, a veces se pone agresivo, yo creo que no es culpa suya, por eso intento portarme bien con él, más o menos.

-Antes voy a ver a Martina- digo para intentar escaquearme.

-Creo que ella ya está bien acompañada.

-En serio...

-¿No se lo quieres decir verdad?

-Solo me ha dado con la pelota, no es para tanto- digo al ver que me ha pillado.

-Ese tío no está bien de la cabeza parece odiarte- dice y parece molesto.

-No nos llevamos demasiado bien, pero...

-Si él te molesta deberías decirlo- me corta.

-Eso no ayudaría.

-¿Tienes miedo?- me pregunta. Y eso, en verdad, hace que me enfade un poco. Yo no soy ninguna llorica que se enconde de nadie.

-No me da miedo- digo frunciendo el ceño y me voy. No quiero seguir hablando de eso, pero él corre hasta mí. Me agarra del brazo y me susurra algo al oído.

-Vale, yo estoy contigo-susurra cerca de mi oreja. Su piel y su aliento estaban calientes y yo me aparto rápidamente de él.

Y aparece Martina rodeada de chicas que le están hablando, son sus perritos falderos, hacen lo que ella les diga, al menos yo no soy así. Esta vez Martina no les hace caso y camina mirando para todos lados, seguro que me está buscando. Al final nos ve, les dice algo a sus amigas y ellas se van.

Martina se nos acerca y pone cara extrañada al mirarme porque he de tener las mejillas rojas, entonces mira hacia Derek y me imagino lo que está pensando lo que no ayuda mucho.

-Nena, ¿dónde estabas? Llevo mucho rato buscándote y mientras tanto tú estabas aquí ligando-dice a modo de reprimenda y yo me pongo aún más roja que antes. Creo que a este paso va a salir fuego de mí y eso es raro teniendo en cuenta que soy la chica del agua ¿Por qué no me pueden dejar tranquila? Derek parece mirarnos con curiosidad.

-¿No estabas con tu novio?- le pregunto intentando calmarme.

-Alguien le ha mandado un mensaje y se ha ido, lo he mirado de reojo y había corazones, creo que está con otra y...

-No, no me digas que vamos a jugar a los espías otra vez- digo poniendo los ojos en blanco.

-A última hora nena, él tiene gimnasia, decimos que te ha vuelto el mareo y nos vamos a la pista.

-No quiero ir- le digo muy enserio porque sé que Félix estará por allí y no quiero verlo. Él va a un curso más que nosotras como el novio de Martina, aunque nos conozcamos más o menos bien.

-Nena, no puedes dejarme sola, sabes que esto no se lo pediría a nadie más- me suplica Martina.

-A ver si lo entiendo, ¿vais a saltaros las clases para ver si el novio de Martina está con otra?- pregunta Derek extrañado.

-Ya lo hemos hecho antes, lo que le preocupa a Laura es toparse con Félix, su acosador privado.

-¿Acosador?- pregunta Derek mirándome fijamente. Yo no quería hablar de eso.

-Sí, todo el mundo dice que son pareja, pero es porque él la quiere, por eso nadie liga con ella-responde Martina señalándome con un dedo algo que siempre le digo que no me gusta.

-Si no ligan conmigo será porque no les gusto y no por él- replico.

-No seas tonta nena, es por eso, está claro que eres bastante sosa, pero lo suficientemente guapa como para que alguien te pida salir.

-¡Martina...! -su comentario es algo ofensivo. Entonces veo que Derek se está riendo.

-Sois una pareja muy rara, ¿lo sabéis?-dice con diversión en la mirada.

-¡Sí y a última hora vamos a espiar a mi novio y lo seguiremos hasta su casa!-exclama Martina eufórica.

-Ya te he dicho que no quiero ir- digo con el ceño fruncido.

-Venga nena, solo es un idiota de primero de bachiller.

-Pues a mí no me ha parecido que a él le gustara...- dice Derek.

-Sí que le gusta mucho, pero no sé, como ya he dicho es idiota, aunque está bueno.

-A...-Derek no se esperaba ese comentario, creo que esa es una de las razones que hace que los chicos no tengan muchas amigas. Decido resignarme.

-Está bien- le digo a Martina.

-¡Bien!- exclama muy contenta, me agarra del brazo y me lleva fuera del patio porque el timbre estará a punto de sonar.

Vamos hasta nuestras taquillas que están pegadas una junto a la otra, algo que consiguió Martina a principios de curso poniéndole ojitos a nuestro tutor, creo que es un viejo verde.

Cojo mi libro de lengua del segundo trimestre. Al cerrar la taquilla veo de reojo a Andrea, otra chica popular que odia a Martina por ser su rival, pero por encima de todo sé que quien menos le gusta soy yo. Un día averigüé por qué, la miré a escondidas y ella estaba mirando con cara embobada a Félix, supongo que a veces puede ser gracioso, pero, como dice Martina, sigue siendo idiota, así que no sé por qué le gustará tanto cuando puede tener a cualquiera. 

Veo que me mira con cara de superioridad y se marcha. Yo me vuelvo de espaldas y me apoyo en la taquilla.

-Oye nena, voy delante a coger sitio- dice Martina y se va.

-Vale, ahora voy- le digo porque prefiero ir tranquila, sin prisa.

Me separo de la taquilla y entonces es cuando alguien me tapa los ojos.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora