Capítulo 4

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-Hola muñeca- me dice con voz seductora. Por su voz sé que es Félix. Le pego un codazo y me separo.

-¿Que quieres Félix?- digo molesta.

-Uy, que genio tenemos hoy- me dice.

-¿Esperas que te reciba sonriendo después de pegarme un balonazo en la cara?- le contesto.

-Me gusta cuando te enfadas- me dice sonriendo.

Me pongo nerviosa y...hago sin querer que un chico que pasa por nuestro lado le tire el agua de su botella encima. Obviamente no ha sido él he sido yo, cuando me pongo nerviosa no controlo bien mi poder.

Félix se enfada tanto que lo levanta por la camiseta.

-¡¿Se puede saber qué haces?!- le grita - ¿Sabes quien soy yo?

-Lo siento, yo...- balbucea el chico y me da tanta pena que tengo que hacer algo.

Abrazo a Félix. Se que no hay otra forma de calmarlo.

-Vamos Felix, olvida a ese don nadie. Estábamos hablando cariño- digo con voz de niña tonta.

-Es verdad- me dice satisfecho. El otro chico se va corriendo. Es el hijo del director, se llama Eduardo, lo sé un nombre horrible. Si Félix le hubiera llegado a hacer algo seguro que lo hubieran expulsado incluso la podría haber tomado también conmigo por estar con él.

Félix me agarra por la cintura e intenta besarme, pero yo me aparto a tiempo y le pego una bofetada. Él me suelta.

-¡¿Pero que haces?!- grito.

-Para una vez que te habías puesto cariñosa...

Lo miro mal.

-Da igual, me gusta más cuando te haces la difícil- dice guiñándome un ojo.

Yo sacudo la cabeza y me voy.

-Adiós, cariño- se despide.

Genial ¿Por que siempre tengo tanta mala suerte?

Salgo corriendo hacia Martina. Toda la gente del pasillo me mira. Creo que son fans de los shows que montamos siempre Félix y yo en el pasillo.

Martina se vuelve.

-Tíiia, ¿sabes que hay 50% de descuento en Zara? Tenemos que ir.

Yo la miro.

-Otra vez, ¿nena? ¿La has vuelto a liar con Félix en el pasillo?- lo mejor de Martina es que siempre nos podemos entender solo con la mirada.

-Algo así...

-Desde luego todo el mundo en este instituto que tenga ojos te conoce.

-Pues no me gusta.

-No importa, olvídalo.

Seguimos andando hasta nuestra clase.

Entonces viene Derek corriendo.

-Hey- nos saluda.

Hola, ¿que pasa guapo?- le dice Martina.

-He pensado que podría acompañaros a espiar a tu novio.

-¿Enserio? Acabas de llegar, ¿quieres meterte en líos ya el primer día?- le pregunto.

-No me importa- responde sonriendo.

Miro a Martina para ver qué opina.

-Es perfecto, ya lo veo...los tres seremos súper amigos y nuestros momentos de espionaje serán perfectos. Laura la reina del sigilo, Derek el chico guapetón y yo la jefa sexy. Juntos seremos los mejores espías de este centro- exclama Martina entusiasmada.

Es la hora de la fuga y Martina se ha cambiado de ropa. Sí, no sé como lo ha hecho, pero de repente después de quinta hora aparece con una especie de traje de camuflaje. A mí me parece muy raro, pero a ella le gusta. Eso sí, es rosa. Unas mayas rosa chicle, una especie de chaleco fucsia sobre su camiseta con dos rayas del mismo tono pintadas en sus mejillas.

-¡Súper divos al poder!- grita y pone una mano en el centro. Supongo que espera que nos unamos nosotros. Al final lo hacemos por compromiso. Está muy entusiasmada.

-Ay, yo también quiero un traje de esos- dice Derek de cachondeo poniendo voz afeminada.

-Por supuesto- dice Martina -he pensado en todos.

Martina abre la puerta de su taquilla y saca dos trajes idénticos al suyo, sólo que uno es para chico y estos son lila para mí y azúl para él.

Derek al ver la situación ya no sabe qué hacer.

-Martina...- empiezo.

-Póntelo- ordena y por cómo me mira sé que no importara lo que le diga me obligará a ponérmelo. Decido cogerlo y con toda la vergüenza del mundo me cambio en el baño.

Supongo que no me queda mal.

Cuando salgo veo a Derek en las mismas condiciones.

-Estáis perfectos, somos los...¡ lacasitos !- exclama y se pone - ¡Los lacasitos, unidos, jamás serán vencidos!- sí...adapta la frase de Las populares a nosotros...

Derek y yo nos miramos con cara de... "Está loca"

-Seguidme - sigue Martina mientras me pregunto de dónde, cuándo y cómo consiguió estos trajes. Lo que más me preocupa es el de Derek, ya que ha tenido que hacerlo hoy ¿y cómo sabía su talla?

Llegamos hasta la pista. Vemos a lo lejos a la horrible maestra de E.física. Es una mujer amargada que odia a cualquiera que se le de mal el deporte. Seguro que lo adivináis, yo soy una de esas.

Tenemos que acercarnos sin que nos vea. Martina y yo somos expertas en esto.

Cogemos un balón y lo tiramos hacia la izquierda, luego nos escondemos.

La maestra lo ve y va a por él, ese es el momento.

Corremos hasta las gradas sin que ella nos vea intentando no hacer ruido.

Nos subimos hasta la punta arriba de las gradas donde hay un cómodo agujero desde el que nadie nos ve. Ni siquiera los chicos que jugaban a fútbol nos han visto. No se si es que somos muy buenas o que la gente de nuestro instituto no es muy espabilada. Creo que es lo segundo.

Martina saca unos prismáticos, no sé bien de donde y comienza a espiar. Yo me quedo agachada con Derek siempre es mejor que solo una mire, así es menos probable que nos vean.

-He empezado a leerme el libro de Ciudad de hueso en filosofía- me dice Derek.

-Oh, ¿te ha gustado?- le pregunto.

-Solo llevo el principio, pero sí, está bastante interesante.

-Me alegra que te guste- digo y le sonrío.

-Oh, dios mío- dice Martina - chicos, dejad de ligar.

-No estábamos...- empiezo a decir.

-¡Es terrible, Tomás se ha salido de la pista!- exclama sin dejarme terminar.

-¿Y eso es tan malo?- pregunta Derek.

-No seas tonto, seguro que ha ido a ver a la chica con la que me engaña.

-No tiene por qué...

-Shhh, vamos a mirar.

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2016 ⏰

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