Capitulo II

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28 de agosto del 2015
6:00 am

La sensación después de darse un baño recorre desde mis pies a mi cabello con mucho placer.
Sentirme tan fresco me hace recordar a cómo dejaré de estarlo hoy.
Me cambio con gran destreza y mientras seco mi cabello pienso en lo que podría estar pasando con Max después de enterarse que Evol lo engañaba. Imagino escenas en las que Max obtiene el ceño fruncido y empieza a gritar a Evol, siempre con las manos entrelazadas, esa es una expresión corporal que nunca dejará de hacer aun no estando molesto.

        -¿Ya estas listo?
Mamá, a menudo, gira la manija sabiendo que la puerta está con llave; Esta vez oí su voz de forma imprevista, sin el chillido de la manija ni el de la puerta.

       -Ya casi, ¡yo te alcanzo abajo!
Siempre salgo con cosas que, probablemente, necesite. Max dice que llevo cosas absurdas. Hay que prevenir ¿no? <Pareces peor que mujer> suele decirme max cuando agarro el maletín azul, ese maletín en el que llevo tijeras, un nintendo, el periódico del dia, cosas para comer en el camino, (...) . Cuando salimos de noche suelo llevar una linterna.

Desde que tengo memoria, sueño con absurdas cosas que podrían pasar en caso de no llevar ese maletin.

La puerta, por la humedad, se siente sudorosa. Mi mano rezbaló con la manija, con suerte, logré abrir la puerta al ultimo segundo.

Bajando las escaleras, sentía que olvidaba algo. Lo cual no es normal en mi, todo lo tengo en el maletín azul.

        -Te estaba esperando en el auto - mamá me habla con tranquilidad, con esa seguridad de saber que todo va a con lo planeado. Mamá siempre organiza el día-a-día , es normal ¿no?

       -¿Ibas a ir a mi cuarto? - digo mientras piso el ultimo escalón.

       -Iba a decirte que Max esta aquí - me dice mientras señala la puerta

Cuando pronunció su nombre pasé saliva para procesar lo que me había dicho. ¿Quiere hablar después de lo que ocurrio? Después de sentirse engañado.

A paso ligero, me dirijo hacia donde Max siempre espera cuando viene a casa.
Lo veo serio, enojado y lo comprendo. No puedo observarlo del todo, pues sube su mirada para notar que estoy acercándome a él

        -¿Enserio quieres hablar conmigo? - hago un gran esfuerzo para que no note mi tono tembloroso

Me mira acercándose. Se detiene a casi un metro de distancia.

        -Nunca te lo perdonaré, y...  me conoces.
        -Sé que eres... algo...
        -¿Vengativo? Lo soy - dice Max con una mirada totalmente profunda y se va. Lo veo desvanecerse por la puerta posterior

No pude moverme después esto, mis pies tenían la gravedad a cien

       -Ya es hora - mamá me toca el hombro y se da cuenta que me sucede algo extraño

       -¿Te pasa algo, hijo? - habla con preocupación y con los oídos atentos

       -No... Yo estoy bien - volteo a verla. Es una respuesta obvia que, sinceramente, no quería decir.

Mientras miro las calles pasar, desde el auto, pienso en lo que podría estar pasando con Max después de enterarse que Evol lo engañaba... Conmigo.

Mi madre maneja pasivamente, escuchando "Rock de lo 80's". Debo admitir que de tanto escuchar baterías juntándose con guitarras eléctricas me ha gustado

<Hot Stuff - Donna Summer> 🎶

Ella baja el 50% del volumen y me observa a través del espejo retrovisor que se encuentra dentro el auto

      -Es raro que ya no lleves tu maletín azul - dice casi sonriendo. Ahora solo puedo ver su boca a través del espejo

Mierda. Soy un idiota. Sabia que me olvidaba algo. Ahora sé que no me olvido una cosa: Todo.

Muestro mi cara de mucha preocupación. Sentía como mi estomago se soltaba para empezar a vomitar. Momentos de ansiedad.

      -Volvamos, mamá, por favor - volteaba hacia todas las ventanas para ubicarme y saber que no estaba tan lejos de casa para poder volver. Mierda. Estaba lejos.

     -Ya estamos cerca a la casa de tu abuela - dice esforzándose a que no le insista en regresar.

La ansiedad crecía cada vez que el auto se movía. Si hubiera tenido el maletín tendría bolsas para vomitar.

     - No queda otra opción - hablo mirando la ventana. Observando como se desvanecen los arboles.

Una vida tan normal como la tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora