Capítulo I

209 13 1
                                    

El sol lucia en lo más alto del cielo a pesar de que el otoño ya dejaba una brisa fresca. Las hojas de los arboles comenzaban a caerse, y en ese mismo parque, dos niños jugaban con sus mejillas teñidas de rosa...

-Por eso, cuando sea mayor, ¡me casaré contigo!- gritó el pequeño de 7 años con una amplia y preciosa sonrisa.

-¿De verdad?- le miró el otro con sus redondos ojos bien abiertos, brillantes de emoción...

-Es una promesa, ¿ne?- extendió aquel dedito meñique, y su amigo no dudó en entrelazar el suyo.

-¡Una promesa!- asintió firmemente, con decisión y seguridad a pesar de sus casi 6 años de edad. -¡entonces me casaré con Yamada!- una amplia sonrisa y un leve sonrojo hizo aquel infantil rostro un poco más lindo ante los ojos del mayor...

-Yo te protegeré.- y besando la mejilla del más joven, selló aquella promesa..

1 mes más tarde...

El viento soplaba levemente meciendo las hojas de los arboles en aquel otoño algo frío. El columpio se movía por la inercia de aquel niño; suavemente.. mientras otro niño más pequeño le miraba de pie frente a él.

-¿Entonces tienes que marcharte lejos?- le preguntó sin entenderlo muy bien.

-Si.. por el trabajo de mi padre..- ambos niños guardaron silencio... -pero ¿sabes qué? ¡tendré una casa enorme! así que podrás quedarte a dormir cuando quieras.- le sonrió arrancando una leve sonrisita en los labios del más pequeño.

-Pero no podremos vernos como ahora ¿ne? ni iremos al mismo colegio...- bajó la mirada poniendo un puchero mientras con su pie movía la tierra bajo su bota de fútbol.

El mayor le miró sin decir nada... una ráfaga de viento les hizo temblar un poquito, pero entonces el columpio se detuvo.

-Ten esto.- se puso frente al pequeño, y cuando este alzó la mirada, le entregó un colgante.

-¿Qué es?-

-Es una piedra mágica.. ¿ves su color? es amarillo ¿ne? si la llevas encima, cada vez que te sientas triste yo estaré contigo.- le sonrió ampliamente, tan dulce, que el más joven asintió confiado.

-Entonces Yamada estará siempre conmigo.- sonrió poniéndose ese colgante.

-¡Claro que si!- ambos rieron seguros de eso...

Pero los días pasaron, el otoño había despojado a los arboles de sus hojas, y un paisaje en tonos marrones cubría aquel escenario...

-¡Yamada! ¡¡Yamada no te vayas!!- gritó mientras corría detrás de aquel camión de mudanzas.

-¡¡¡Chinen!!!- sus ojitos se bañaban de lágrimas viendo la imagen de su mejor amigo intentar alcanzarle.

-¡No quiero que te vayas! ¡por favor detengan el coche!- tropezó cayendo al suelo, pero volvió a levantarse... ¡no se rendiría hasta detenerle!

-¡Chinen volveré a buscarte, te lo prometo!- aquel nudo en su garganta cada vez se hacia más fuerte, así como la impotencia de no poder volver atrás.

-¿¿¿Y te casarás conmigo???- su voz sonaba cansada, ahogada por las lágrimas..

-Te lo prometí ¿no? ¡me casaré contigo!-

-¡Entonces no te marches!-

-Nee Chinen... ¡te quiero!- le sonrió tristemente viendo como el pequeño se detuvo.

Aquellas ultimas palabras, ese "te quiero", resonó dentro de su cabeza. Respiraba agitado, agotado.. las lágrimas caían por sus rosadas mejillas. Yamada se había marchado.. su mejor amigo, aquella persona a la que tanto quería...

YAKUSOKU "PROMESA" / YamadaxChinenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora