Inspira.
Empápate de aire.
Siente como el mundo,
ese lugar hostil en el que vives,
se transforma en el suburbio
de la ciudad que en tu mente existe.
Acaba de empezar.
Es como un juego
yo te espío
tú me ignoras.
Yo te ignoro,
tu me ignoras.
Expira.
Y siente como el aire
—que purifica tu mente—
purifica al mundo
y a toda su gente.
Eres tú.
Es un comienzo.
Es el final de algo viejo.
Es el principio de algo nuevo.
Que se junta y serpentea
cual origen distorsionado
de una realidad que impregna
las alas del ahorcado.
El mismo ahorcado que,
con sus deseos,
pudo escapar de su soga
que apretaba las alas de su memoria.
Y pretendía atar y matar
el cantar de un hombre
que se debilita al ver pasar
la vida de un noble.
—Vive, vive, vive y muere.
Y se repite como una cinta
que extraña a la razón
por la cual está lívida.
El frío la corroe,
la enfría, la molesta,
la llena de espinas.
Espinas que,
a medida que crecen,
se sienten más listas
para atacar y
vencer a la presión
que envueve su corazón.
Lo sabes.
Sabes que el comienzo brinda algo
que acabará dentro de un lapso
tan corto que apenas dará
tiempo a disfrutar.
Te asusta saber que respirar
gasta demasiado tiempo
y que amar
gasta demasiado espacio.
Perder es perder
da igual si se pierde ganando
o si se gana perdiendo.
Si el tiempo deja al espacio
o si el espacio deja al tiempo
porque al final del verso
un comienzo es un comienzo.
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1999.
PoetryMe pregunto quién pensó el guión, debe estar bastante enfermo. ~Love of Lesbian