Odio ser la amiga a la que buscas cuando tienes problemas, que me busques sólo para darte consejos, cuando necesitas ayuda y un hombro para llorar y luego irte, marcharte e ignorarme. Podría decirte que no lo haré, que no te ayudaré más pero te quiero tanto que no soy capaz de decirte que no. Y aunque me duela ser la persona a la que recurres sólo para cuando necesitas ayuda te sigo ayudando.