CAPÍTULO 1: La Sin Grupo

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Quedaban dos años para terminar el colegio y obviamente estaban marcados ciertos grupos: Los populares; quienes tienen una mezcla de belleza, encanto, poder de mando, los que están a la moda, en fin... quienes podían influenciar en los demás.

Los que están en todo; esos que dicen fiesta y sienten el llamado de la intervención y la organización del evento, quienes formaban parte de campañas estudiantiles, eran la voz de la radio... entre tantas otras cosas.

Los deportistas; ellos sin duda sobresalían por tener medallas, sacar en alto el nombre del colegio, ganar un sin número de campeonatos intercolegiales, no son difíciles de describir, me entienden ¡¡verdad!! Los desadaptados; estos existen en todas partes, de carácter rebelde, incontrolables, quienes jugaban las más sucias o inocentes bromas a compañeros y profesores, es decir las pesadillas de las autoridades.
Los desconocidos; quienes formaban parte del instituto pero que difícilmente se los recuerda. Los de grupos extracurriculares y yo, Helen Padway.

Realmente no pertenecía a un grupo en especial sin embargo era conocida o amiga de alguno de los miembros de cada grupo y ya saben... Al conocer a uno la cadena empieza, es decir ese conocido me presentaba con sus colegas y así es como me hacía notar de forma incierta y por pura casualidad, si creen en eso.

Una vez me olvidé la llave de mi locker en el mismo candado, esto lo recordé al estar en la primera hora de clase, pedí permiso y empecé a correr, entonces tenía que pasar por ley el patio, fue allí cuando de pronto estaba corriendo junto a un chico, el cual me preguntó si no me quería unir al club de atletismo, pues en mi afán de recuperar mi llave por muchas cosas que una guarda en su locker, me dijo soy Joshua, piénsalo y seguí mi camino, por suerte encontré mi bendita llave colgada del candado.

Días después Joshua me reconoció en la cafetería del cole se acercó y me comentó que estaba en una prueba de velocidad y que habíamos partido juntos y justo cuando yo había parado me alcanzó, él me llamó correcaminos por como lo dejé atrás y fue así como se convirtió en mi amigo, desde aquel inusual trote.

En otra ocasión me sentía mal y me dolía el estómago junto a mi estaba sentado Paul Ray era uno de los populares y más guapos del cole, me preguntó porque estaba allí y empezamos a charlar, tuvimos mucho tiempo o eso pareció ya que pudimos conocernos algo hasta que nos atendieran a uno de los dos, por suerte la Dra. Richardson era muy buena, ¿Qué si nos hicimos amigos? ya lo sabrán. Un día de tantos mí mejor amiga Tricia una de las mentes brillantes me presentó a sus compañeros del club de ciencias y acompañarlos entró de repente un chico con cara de peligro a preguntar por uno de los miembros del club, para mi sorpresa era hermano de Cindy una chica súper tranquila e introvertida todo un polo opuesto, en cuanto ella salió con él, noté que se olvidó su libreta de apuntes y la llamé para entregárselo, me lo agradeció y él me agradeció por el gesto y me preguntó mi nombre; soy Helen- gracias Hel, respondió, bueno su nombre era Kevin, él pertenecía a los chicos pesadilla de los profesores.

De esas casualidades les hablaba, se podría decir que era amiguera, así me decía mi madre ja ja ja según ella era un chico aprisionado en el cuerpo de una chica, porque siempre tuve más afinidad con los chicos que con las chicas, eso no quería decir que no tenía amigas, es solo que los chicos tenían planes o ideas que me gustaban y claro, eso era un tormento para mi mamá más aún cuando vestía parecido a ellos, y lógico si los padres ven a sus hijos jugar con muñecas y tienen un shock, mi mamá casi que sufría de lo mismo, al ver a la mayor de sus dos hijas en esas.

Mi hermana Violet menor con un año siempre fue la más femenina, que jugaba con muñecas mientras yo jugaba a los "Gi joe", Y mi hermano mayor la consentía y yo era su otra hermana o el hermano que no tuvo.

Mi niñez y adolescencia las viví en el mismo barrio en donde todos los niños crecimos juntos y todos nuestros padres se conocían, y obviamente a mí me distinguían de entre todas las hijas de los vecinos.

Todos Eran Suyos, Ella De NingunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora