Capítulo 7: La Atrapa Chicos II: Ella o Yo

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Sebastian me empezó a mandar mensajes de texto y llamar a casa para saber de mí, era tan raro que viviendo tan cerca no podamos vernos después de todo lo ocurrido, realmente necesitaba verlo para poder conversar profundamente sobre nosotros.

Esa canción que me dedicó y las atenciones que tenía eran dignas de un súper amigo, era más que obvio que no era un simple amigo porque siempre me levantaba el ánimo y me ayudaba a levantar mi autoestima.

Y con eso me refiero a nosotros como amigos porque desde que empezamos a conocernos más no cabe duda que aprendimos mucho el uno del otro.

En la primera semana luego de aquella fogata en la que nos presentamos con todos "nuestros vecinos" que por cierto no siempre estábamos todos, en especial con Shantal y Samantha que casi no salían porque su papá era estricto y su mamá un tanto sobre protectora.

Aún recuerdo la tercera ocasión en la que me fue a buscar y aún lo veía con cara de desprecio, puedo decir que realmente el hizo muchos, pero muchos méritos para que yo empezara a apreciarlo y a lograr desaparecer mi rechazo., malestar, repulsión, antipatía o lo que sea que haya sido el efecto que causaba en mí cuando nos encontrábamos cerca.

Luego del beso que nos dimos y todo lo que me dijo de estar enamorado teníamos que aclarar algunas cosas, yo sentía que él estaba confundido o ilusionado de una idea que no podía ser. Si bien era cierto que Violet parecía estar interesada en su chico de otro colegio, todo lo que ella me había confesado que sentía por Sebastian puso en mí un anhelo por ayudar a que ellos se junten.

Y obviamente al saber lo que ella lo amaba, porque eso era lo que decía... una especie de barrera o un escudo se impuso en mí para que no lo vea más que como amigo.

Debo decir que el beso no fue malo, pero ese escudo ya existía y no permitía que sienta algo como lo que él decía sentir por mí.

No es que sea fría, sin sentimientos o de otro planeta, como para que no sea recíproca con Sebastian, pero de verdad para mí no había cambiado el cariño y amistad que había logrado tener con él.

Y volviendo a aquellos mensajes que había mencionado qué había empezado a enviarme, me recordaba lo valiosa que era para él y como persona, créanme que para mí era muy difícil quererme a mí misma, aunque no era algo que lo demostraba, pero Tricia al igual que Alex sabían mi dificultad para aceptarme, habían ocasiones en las que mis lindos hermanitos me hacían sentir muy mal, para hacerles entender un poco ambos al tener los ojos claros, cabello lacio y oscuro ser tan parecidos a mamá, se salían con la suya y bueno mamá los consentía.

Al ser la hija sanduche y parecerme a mi padre no era tan especial, mis ojos no eran verdes y claros como los de ellos, mi cabello castaño claro y ondulado también marcaban diferencia, eso lograba que piense en la idea de ser adoptada ja ja ja ja.

Todo este lío de no quererme y no sentirme atractiva o linda creo que tomó fuerza cuando empecé a cambiar y mi mamá me recordaba que eso era un motivo para no ser tan varonil y mostrarme como toda una princesa,

Y de pronto recibo llamadas para decirme lo especial que soy, escucho palabras agradables hacía mí, todo en lo que participaba me hacía lucir, congeniaba más que antes con los chicos y cada día que pasaba me sentía de maravilla y esto se lo debía a Sebastian.

Para mí fue difícil aceptar que él había transformado mi mundo de manera muy positiva, mientras más lo conocía mejor me hacía conocer y quererme a mí misma, porque cuando me sentía mal, él tenía un singular radar para detectarlo y como antídoto me daba un abrazo sin pedírselo y en el momento preciso, uno de esos que me hacía sentir que los huesos se rompían por la fuerza de su manera única de demostrarme que estaba para mí.

Todos Eran Suyos, Ella De NingunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora