Capítulo 9

2.5K 200 20
                                    

Ana POV

Jamás imagine que al tener sus manos en mi piel, se sentiría esa sensación, nunca me había pasado.

Era dulce, erótico, hermoso, especial.

Cuando te entregas a alguien sólo puedes dar lo mejor de ti, en esté caso, aunque el señor Grey, y yo, no fueramos algo más que conocidos o no se si hasta este nivel se diga amigos, sentí que entregue mi cuerpo y mi alma esa noche.

Al llegar a casa con José me sentí tan diferente.

Para evitarme una noche de sexo con el, le dije que tenía un fuerte dolor de cabeza.

Las cosas tienen una razón, no sabía cual había sido la razón por la cual paso eso, pero simplemente pude decir que había tenido una noche maravillosa, tal vez se repita o tal vez solamente me quede con el recuerdo de lo que fue.

Mañana sería un día normal, y todo esto quedara como una buena experiencia.

~~~

Al despertar seguí mi rutina diaria, me cambie y baje a desayunar con José.

- ¿Qué te parece que hoy salgamos a cenar?. Ocho en punto tu y yo.- dijo José mirándome con una gran sonrisa.

- No lo sé, tal vez salga un poco más tarde del consultorio.- dije mirando mi desayuno, el en verdad sabía cocinar.

- Envíame un mensaje si se puede.- se levantó de su asiento y camino hacía mi, me deposito un beso en la frente y se marcho.

Tome mi cabeza entre mis manos, ¿qué me está pasando?

De cuando acá el señor Grey se filtraba en mis pensamientos.

~~~

Llegué a la oficina donde todo estaba preparado ya, salude a mi fiel trabajadora y entre al consultorio.

Cita para el Señor Grey alas 12:30

Solté un suspiro, maldito Grey, miré mi reloj faltaban cinco minutos para que el llegara aquí.

Después de revisar todo lo que se encontraba en el mostrador abrí a la puerta, y me lo encontré ligando con la rubia que se encontraba detrás del mostrador, la rubia que es mi secretaría, ambos sonreían alegremente.

- Señor Grey es su turno.- le dije con voz seria, si las miradas pudieran matar, no estaríamos aquí justamente cuando lo miré.

- Señora Rodrigues.- dijo el cuando llego al consultorio, me gire y acepte el saludo que el me ofrecía.

- Señor Grey.- dije y tome la carpeta de la mesa.

Tomo su asiento en el sofá, y yo me senté a un lado de el en otro sofá.

- ¿Cuenteme como estuvo hoy su día?.- le pregunte.

Suspire en mi interior, esa pregunta no era necesaria, pero me gustaría saber que hizo hoy.

Y diablos lo que estaba diciendo no era nada bueno, pero cuando hablaba era transportarse a otro lugar.

~~~

- Y a lo que quiero llegar es que, muchas veces le he dicho que se aleje de mi, pero simplemente no pasa y me tiene cansado eso.- dice el y cierra sus ojos.

- Creo que usted y ella deberían de llegar a un acuerdo, debería de presentarle a alguien mas, así poco a poco se olvidará de usted.- le dije mirando sus facciones, estaba realmente preocupado.

- Tengo otra razón por la cuál quiero lejos de mi, existe una mujer, ha puesto todo de cabeza, tenerla junto a mi es como...éxtasis, su piel, todo de ella, no se que hacer con lo que siento por ella, son cosas tan distintas en mi.- dice el y me mira.

Trago saliva ante su mirada. ¿De quién hablara?

- ¿Ah hablado con esa mujer de lo que siente?.- mi voz es casi un susurro.

Se levanta del sofá hasta estar frente a mi.

- Justamente lo estoy haciendo.- dice el firmemente.

Me mira a los ojos, nuestras miradas son vulnerables...

Sin dar marcha atrás toma mi cabeza con una de sus manos, la otra baja hasta mi cintura y en uno que otro segundo estoy de pie.

Me dejo llevar y mis manos van a su cabello, sus labios en los míos son una sensación totalmente diferente, no tiene comparación, es justamente como el lo decía, un éxtasis.

Su boca baja hasta mi cuello y mi cabeza cae hacía atrás...

- Eres a la única mujer que yo deseo...- dice entre beso y beso.

Desabrocha los botones de mi blusa, los primeros tres.

Alguien toca la puerta y el momento se rompe, se aleja de mi y se recompone la corbata, por mi parte me reconpongo la blusa.

- Ana tu siguiente paciente está aquí.- se escucha desde la puerta.

- Ya voy.- digo como puedo.

- La siguiente consulta es en dos días. Nos vemos Anastasia.- toma mi mano y deposita un beso en ella. Sonríe y se marcha dejando me sola.

Me siento en el sofá y reclinó mi cabeza hacía atrás, cierro mis ojos. Pongo una mano en mi cuello y la otra en mis labios.

¿Cómo haré con esto que siento?

Las ansias y la desesperación de sus brazos en mi eran aterrradoras, el señor Grey había producido algo en mi, las ganas de necesitarle a cada momento eran grandes, tan grandes que podían provocar miedo...

Señor GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora