NOTAS DE LA AUTORA: buenas, mil gracias a los lectores que paséis por esta mini-obra. Estoy intentando escribirla lo mejor que puedo ya que estoy pasando por momentos durísimos en mi vida. Este cap es un poco corto, con ideas muy concretas. Encima se me ha estropeado el portatil... Pero por lo menos quedan algunas cosas claras, ya tengo planificado el tercer capítulo. Va a venir cargado de sorpresas y bombas. Mil gracias de corazón
Casi anochecía. Todos los mamodos de aquel extraño inframundo se encontraban dentro de sus casas preparando sus cenas junto a su familia,dispuestos a escuchar las aventuras de cada persona de la familia junto a esa cena. Este no era el caso de Victor Blade. Llegó a su casa, como de costumbre, sus padres no se encontraban en ella. Se paró un segundo en el recibidor a dejar las llaves en su sitio, entonces su vista se fijó en algo. Una foto, la cual conocía muy bien. En ella se encontraba una familia normal, con un niño pequeño sonriente junto a otro muy parecido a él solo que un poco más mayor. Esbozó una sonrisa, una de esas apenadas sonrisas que solo echaba cuando se encontraba solo.Se dirigió a la cocina y abrió un armarito, del cual sacó unos fideos instantáneos de cinco minutos y se dispuso a prepararlos.
En otro lugar, algo totalmente distinto iba a ocurrir. Rose, miró hacia la puerta, para ver algo que temía: la llegada de Brago. No la tomemos mal, no es que no se alegre de ver a su marido después de todo el día sin él, pero... ese día no había una buena disciplina en casa por parte de sus hijos y...Brago podría empeorarlo todo con su carácter... sobre todo si se entera de lo que ella sabía : Glenda salia con Victor Blade.Un tipo que odiaban tanto Glen, como Brago.
Rose asustada salió de la cocina mientras el pomo de la puerta se seguía girando, para dar a un Brago atractivo, con sus ropas negras como acostumbraba cuando era adolescente, y una musculatura perfecta, pero manteniendo ese toque agresivo y fiel en su mirada.
-¡Brago!- Rose fue en la búsqueda de los labios de su marido. Besar esos oscuros labios con fuerza sobre los suyos, era la manera más fácil de aliviarse de esas lágrimas y ese oscuro día. Brago agarró su cintura con descaro y recorrió su lengua por los rosados y delicados labios de Rose. Se separó un poco dejando un hilo de saliva y posando sus oscuros e intimidantes ojos sobre ella.
-¿Donde están mis hijos?- dijo con voz intimidante, reclamando el saludo de sus hijos, ya que era raro que no estuvieran abajo cuando Brago llegaba.
-Ah...- puso su dedo índice en su labio inferior rosado, intentando disimular- los niños.. bueno, - soltó una risita nerviosa, hecho que no le gustó a Brago nada- en sus habitaciones estudiando o algo, no habrán caído en la cuenta de la hora- se rascó su mejilla derecha con disimulo.
Pero, pocas veces se podía engañar a un observador tan meticuloso y bueno como Brago, por no decir ninguna. Ese era uno de sus grandes talentos, aparte de su fuerza. Pero esta vez parece que asintió y se fue directo a sentarse a la mesa sin pronunciar palabra alguna, aunque dentro ya se olía algo de la mala situación. Rose bufó cogiendo aire, aliviada. Lo conocía mejor que nadie y sabía bien que para nada le había engañado, pero había logrado amansarlo un poco. Glen bajaba por el pasillo, viendo a su padre serio en la mesa. Su instinto se activó y fue corriendo hacia él, mientras Rose sacaba la cena tan deliciosa que había preparado.
-¡ dios!- Glen tomó asiento- lo siento papá, se me ha pasado la hora estudiando...- se rascó la mejilla, hecho que le dio a Brago aún más pistas, pues si algo tenia en común Glen y su madre era ese gesto, que los delataba a los dos al mentir tan mal.
Pero no, Brago continuaba callado, algo que intimidaba mucho a Glen - según como baje Glenda se descubrirá o no el pastel. Si mi padre supiera que él está con ese cretino...- pensó Glen. Entonces unos recuerdos vinieron a la cabeza de Glen: un niño oscuro al lado de él en unos partidos de fútbol jugando con una enorme diversión.
Glenda bajó por las escaleras, con su rosado pijama. Se fijó en Brago parándose un momento y se acercó a él.
- Hola papá – besó la mejilla de su padre con ternura, para luego acudir a su asiento, al parecer ella estaba muy ¿relajada? Dejó un poco asombrado a su padre,él sospechaba de lo que pasaba pero aún así había gato encerrado. Entonces Brago pensó que depende de como se comportaran entre ellos, descubriría el pastel. Rose se sentó muy nerviosa con la comida, hecho que le dio más pistas a Brago para sospechar.
-Buen provecho, Brago, niños – dijo Rose con esa tierna sonrisa que ni los malos vientos podían mover. Repartió cada comida en cada plato. Al parecer había cocinado verduras para ella y curry para los demás. A Brago y sus hijos les encantaban los sabores fuertes, pero su boquita rosada no estaba preparada para sabores tan picantes. Brago se llevó su primer trozo de comida a la boca, levantando una ceja esperando a ver a sus hijos en acción para juzgar que tipo de situación había. Pero para su sorpresa, algo lo desconcertó por primera vez en su vida, siendo un gran observador.
-Hermano, ¿cómo te ha ido el día? - insistió Glenda con una hermosa sonrisa heredada de su madre.
-¿Qué?, ah, esto, bien...supongo...ya sabes liado con los decorados de la obra del instituto...- desconcertado pegando un bocado a su picante comida
Sus hijos estaban hablando tan normal. Eso era raro...en fin, estaba cansado, así que Brago ese día solo decidió cenar y acabar bien la noche.
La cena transcurrió con bastante actividad. Glen y Glenda hablaban como si nada hubiera ocurrido, comentaban temas sobre sus personajes de la obra de teatro que preparaban para el instituto. Ellos compartían juntos un hobby que les unía demasiado, el teatro. Ambos eran los mejores en la escuela, y ya habían representado muchas obras. Esta vez, estaban construyendo la obra de ' Romeo y Cenicienta' mezclando los dos términos, creando así una obra de amor y original entre una chica pobre y un chico con clase, rico y ambicioso. Como se sabía en todo el instituto, la admirada Glenda interpretaba el papel de Cinderella, y Glen era el primo de Romeo, Marco. Solo faltaba encontrar un protagonista , Romeo. Los mamodos del instituto peleaban en las pruebas cada día para poder interpretar a Romeo y llegar a hacer la escena del beso con la preciosa Glenda, cosa que a Glen no lo convencía mucho, pero debía de ser. Aunque... todos suspendieron las pruebas a Romeo.
Rose se encontraba lavando los platos de la cena, sus hijos estaban ya en sus respectivas habitaciones. Entonces unos brazos fuertes y musculosos la rodearon por detrás. Al parecer, era Brago. Rose con una tierna sonrisa, se giró dejando unos platos sin lavar para mañana, y posó sus labios sobre los oscuros rebeldes labios de Brago, preparada para una noche entre ellos llena de romance y pasión. Pero lo que no sabía Glen y menos Rose, era esa gentileza de Glenda en la cena. Ella en su cuarto, seguía maquinando su plan en su cabeza. Abrió su móvil y miró un contacto guardado: Jeanne, acto seguido, apretó para llamar. En ese mismo momento, en el otro cuarto Glen se encontraba hablando por teléfono.
-Es que no sé si asustarme o alegrarme por la reacción de Glenda.. bueno, ya sabes que no me gusta....- entonces su contacto le dijo que esperara, que le estaban llamando por la otra línea- de acuerdo, cielo... espero tu llamada- Glen colgó el teléfono a su novia, sin saber lo que ocurría en el otro cuarto.
-¿ Jeanne? hola, soy Glenda... te llamo para hablar sobre mi hermano...- una sonrisa de venganza entre hermanos, con amor, se mostró en su rostro.
¿Cúal es el propósito de Glenda al llamar a la novia de su hermano? ¿ Qué ocurrirá con la obra? ¿cual será el secreto de Victor Blade?
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Romeo and Cinderella
Fanfic¿Qué harías si tu padre no aceptara a tu 'novio? Para colmo un hermano mayor controlador y sobreprotector. Esta es la historia de Glenda, hija del gran Brago, el segundo candidato que quedó segundo en la última lucha de los mamodos siendo un fuerte...