—Muy bien, Lea. Muy pero que muy bien. —Empezó mi jefe.
Sonreí, una fuerte vibración se expandía poco a poco por mi cuerpo.
—Ahora, sí. Te debo entregar esto. —Sonrió, alzando las cejas mientras buscaba en un cajón de su escritorio. Más tarde, sacó de él un pequeño papel. Me lo entregó.
—¿Otra carta de papá? —Interrogué.
—Sí, aunque...Esta es diferente. —Suspiró. —Solo léela. —Me guiñó un ojo. —La hizo con mucho cariño.
Robé de sus manos aquel papel. ¿Que diría?
El silencio rodeó la sala, yo solo me limité a centrarme en leerla.
"Querida Lea. Soy papá. Empiezo a escribirte estas líneas con una amarga sensación. Presiento la muerte justo a mi lado, esta enfermedad me mata por dentro. Así que, pequeña mía, quiero que seas tú quien herede este trabajo. Aún eres pequeña, pues acabas de cumplir un año. Tu madre está aquí, sonriendo como nunca, y tú, ahora mismo, descansas entre las sábanas de la cuna. Tu madre y yo estamos muy felices de tenerte, pequeña Lea. Siempre serás mi pequeña, ¿lo sabes, no? Bien. Sigue riendo cómo tú sabes, y porfavor, cuida a tu madre, porque si algún día desapareciera de aquí...no sé que haría. Me queda poco tiempo, lo presiento, así que, cuando seas mayor, haz de mí un padre orgulloso y de ti una gran espía. Utiliza tu agilidez, porque ahora ya la puedo ver en ti. Espero que tu alexitimia no impida nada, ¿vale? Sólo sonríe. ~Papá."
Era preciosa. Pero, ¿Alexitimia? ¿qué era eso?
—¿Alexitimia? ¿Qué es eso? —Le pregunté a mi jefe clavando mis ojos en él y dejando el papel sobre la mesa.
—Es...bueno. Tú desde pequeña has sufrido una enfermedad; la alexitimia. La alexitimia es un trastorno neurológico que consiste en la incapacidad de una persona para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal.
—¿De verdad? ¿Por eso todos estos años he sido incapaz? —Pregunté, atónita. —¡¿Y por qué no me lo habíais dicho?!
Éste era un sentimiento raro, y no era bueno. No sabría explicar dónde estaba mi positividad, había desaparecido.
—Por ésto. ¡Mira tu reacción, Lea!
Agaché la cabeza. —Entiendo. —Dicho ésto, agarré la carta con rabia y me fui.
¿Alexitimia? Todo se aclaró con más facilidad cuando lo leí. Ahora lo entendía todo. Y un oscuro sentimiento que tampoco logré analizar se apoderó de mí. Al oír la definición que presentó mi jefe, realmente me hizo hacer una mueca de rareza. ¿No saber expresar verbalmente tus emociones?
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Alexitimia espía {TERMINADA}
De TodoLea siempre tuvo una enfermedad; la alexitimia. Aunque nunca lo supo. Su padre murió, y su madre no trabajaba. Ese oscuro ambiente familiar traumó también a Lea. Ella trabajaba ocupando el puesto de su difunto padre en la organización ITCH, como esp...