Era tanto el dolor que invadió mi corazón, que lo único que queria hacer, era olvidarte y matarte en mi interior, pero mi alma te anhelaba, te amaba a pesar de tus desgracias.
Te amaba, pero al mismo tiempo te odiaba, y dime ¿para qué?, ¿para qué seguir peleando?, si al final te perdonaría, yo lo remediaría y tu me seguirías fallando, me seguirias usando, te seguirias burlando, seria tu juguete, tu muñeca de porcelana, lo sabía.
Yo te amaba, era tan ingenua (estaba de ti, locamente enamorada) y siempre te perdonada, te reconquistaba.
Aunque tu me fallaras, yo siempre terminada perdonandote.
No me importaba en que fecha me hablaras, como me trataras, eras mi salvación, mi ola feroz, mi calma, mi bala, eras mi única compañia, y no queria perderte.
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