Little Do You Know...

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Amy

Mi maleta ya estaba lista, la tomé y la arrastré hasta el salón; la lancé sobre un sofá y me senté al lado.

Un autobús se escuchó, de seguro de la preparatoria Wemilgthon; lo que significa que el imbécil ya se largó.

"Gracias Dios"

La puerta se abrió de golpe. Toti entró hecha una furia, tenía su cara sonrojada y respiraba con dificultad.

-¿Por qué no me dijiste nada?- chilló.

-¿nada de qué?- le pregunté levantándome.

-soy tu mejor amiga, y no me contaste nada- chillaba todo lo que podía.

¿Qué?

-¿de qué estás hablando Diana?

-¡de esto!- gritó lanzándome la parte de abajo de mi traje de baño.

-¿Qué demonios? ¿De dónde lo sacaste?- le grité tomando la prenda, definitivamente es el mío, pero estoy segura que lo había guardado en la mochila.

-¡vamos Amy! No te hagas la tonta, ya sé porque querías marcharte, ¡¿Cómo se te ocurrió?!- Diana gritaba sin parar, caminaba de derecha a izquierda y viceversa.

-¿Puedes detenerte y respirar?- le dije instando a que se sentara, pero lo único que logre fue a que de diera una cachetada.

Mi rostro se quedó inmóvil. Toda yo me quedé inmóvil.

-¡No me vuelvas a golpear!- chillé -¿de dónde los sacaste? Estoy segura que los tenía en mi mochila, aparte de ¿de qué putas hablas?- le dije tocándome la mejilla.

-Santiago me los dio hace un rato- masculló.

-¿Santiago? ¿Por qué tendría mis bragas Santiago?- le grité.

-no lo sé cuéntamelo tú- farfulló. Me harté, podía aguantar muchas cosas, pero no que mi mejor amiga pensara que era una Zorra.

-¿Enserio no me crees? ¡No tengo idea de donde las sacó! ¿Crees que soy tan estúpida para hacer una cosa así con ese imbécil?- grité o al menos eso quise pero el nudo de emociones, tan siquiera y me dejó pronunciar. Diana se quedó mirándome y se me acercó.

-Amy yo...

-¡Yo nada Diana! He aguantado que me golpees, pero no voy a soportar que vengas y me trates como una cualquiera, ¡porque no lo soy! ¿En qué pensabas? ¿Enserio crees que soy tan estúpida?- grité sin siquiera para a respirar.

-te creo vale, te creo, es que cuando ese imbécil me dio tus bragas me segué, y me cabreé, me cabreé mucho contigo- murmuró apenada.

"recuerda que ayer lo encontraste en tu cama"

-ese imbécil debió tomarlas ayer- lo comprendí.

-es un maldito enfermo- replicó Toti con desagrado –Perdón- me dijo apenada –enserio me dejé llevar.

-no podría enojarme contigo nunca- le respondí. Estiró sus brazos y se acercó. Me envolvió en uno de sus tan reconfortantes abrazos.

-te adoro- susurró.

-yo más estúpida- susurré de vuelta.

Dirán: "oh le dice que la ama pero agrega estúpida a la oración"

Pero, ¿Quién no ha hecho lo mismo para descursilear un momento? Y que lo hemos hecho solo para no sentirnos tan débiles o sensibles...

Nos separamos y caminamos hacia el parqueo. Me detuve en medio de la puerta del autobús y miré atrás.

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