Capítulo 4: Un cambio

4 0 0
                                    

Era un nuevo día, el sol iluminaba en cuarto purpura, y se levantó justo a tiempo para verlo o la alarma sonó justo a tiempo para despertarla; decidió iniciar su día con un baño caliente y al salir disfruto seleccionar su atuendo, paso de gris y aburrido a colorido, casi todo era negro pero lo supo combinar con toques de color aquí y allá, no se esforzó mucho pero se veía bien, y aunque también se veía desaliñada se sentía feliz, saludo a su gato, lo cargo y le dio un beso, pero después lo bajo y se fue, se subió a su auto y pensó que podría hacer ahora que quería que el día fuera diferente y divertido así que aprovecho el hecho de que había olvidado desayunar y se condujo al café, en el trayecto pensó algo bastante obvio, si no disfrutaba de la música de la radio podría comprar sus propios discos y escuchar las canciones de su preferencia, así que armo un plan, después de desayunar iría a comprar discos; decidió dejar el plan hasta ahí pues no quería arruinar el día organizándolo.

Bajo al café y cuando entro vio la mesa perfecta, tenía espacio para 2 personas pero también funcionaria para una además podría ver las calles de la ciudad, eran coloridas y llenas de movimiento, un detalle que de alguna manera había pasado por alto a pesar de que la luz del día resaltaba su belleza urbana; También para su suerte la mesa estaba vacía y limpia, entonces se sentó y le echó un vistazo al menú; las baguettes y el café capturaron su atención, pero no quería comer lo mismo de siempre, entonces pidió Waffles y un Té, cuando empezó a comer lamentablemente ninguna de las 2 cosas "nuevas" le habían gustado, pero no podía desperdiciar así que lo comió todo, sin mucho gusto pero acabo, pago la cuenta y se fue. Cuando salió se percató de que había un aire frio y ahora estaba nublado, parecía un día un tanto triste pero en verdad quería intentar cambiar su vida, y no dejo que esto arruinara su espíritu, entonces volvió a su automóvil, vio un rayón nuevo y se enfureció, intento pararlo pero su mente le decía que estaba en lo correcto enojarse, se subió y azoto la puerta con fuerza, puso la cabeza sobre el volante y dijo en voz baja

- Piensa en algo positivo, un lugar lindo ¡o algo! – alzo su cabeza, se tapó la boca y prendió el motor.

No se sentía muy positiva pero decidió ir al parque, podría leer un poco, o aún mejor, podría llamar a su vecina que recientemente se había ganado un poco de su respeto y podría ver si quería salir a platicar. Entonces le mando un mensaje y de inmediato respondió con un sí.

Se encontrarían a las 2, ya casi era hora, así que manejo hasta el parque y busco el quiosco en donde se verían, cuando lo encontró era la 1:57 entonces sonrío y se sentó en una banca.

Pasaron 15 minutos, y le mando un mensaje a su amiga, si así le podría llamar, y le pregunto sutilmente si ya estaba por llegar, pero no hubo respuesta.

Pasaron 30 minutos y aún no había llegado, intento marcar a su casa y a su celular pero no hubo respuesta, se veía preocupación en su mirada pero intento disimularlo.

Ya había pasado una hora y jamás llego, estaba enojada, no podía aceptar una invitación y dejar a la otra persona esperando; sus alguna vez pensamientos positivos sobre la vecina, se tornaron malos, era una mala persona y muchas cosas más; se fue, entro a su carro y manejo, llego bastante rápido, y no era tan tarde pero cuando bajo empezó a llover, la lluvia era bastante fuerte y aunque solo estuvo unos minutos afuera mientras encontraba sus llaves, quedo empapada.

Llego su gato y le maulló, ella enojada, le grito:

- Quítate – pero Sam no se movió – ¿¡No entiendes estúpido!? Quiero estar sola. – espantado, el gato salió corriendo, le dolió lo que había hecho pero estaba enojada; se agacho y empezó a llorar – ¡Que se joda el mundo, que se jodan los sueños y los cambios! – grito

Todo tipo de pensamientos pasaban por su mente, había intentado y todo salió mal, y entre todo el alboroto sonó el teléfono de su casa anunciando un mensaje de voz:

- Hola vecina – Dijo con entusiasmo y dio una pausa – Pues resulta que me llego una visita inesperada y ya no voy a poder ir al parque – se oyó una risa a lo lejos y finalizo con la despedida – luego quedamos, adiós.

Se rio de manera malvada y dramática, que probablemente alguien la debió haber escuchado y pensado que estaba loca; sus ojos estaban rojos y aun tenia lágrimas en el rostro, últimamente había estado enojada y triste todo el tiempo a pesar de que ella se consideraba como una persona feliz, de alguna manera lo culpaba en el sueño, ese vistazo que le había dado al rostro de ese hombre, tenía algo que no podía olvidar y mantenía su mente ocupada y preocupada; en este momento eso no le importo aunque el pensamiento siguiera ahí, estaba concentrada en la desfachatez del mensaje de la vecina; la había dejo plantada y para colmo su manera de disculparse fue dejar un mensaje en su casa 2 horas después del encuentro, y este no duraba ni un minuto, incluso le restregaba en su cara el buen tiempo que estaba teniendo con sus amiguitos que se manifestaba con sus risas tontas, tal vez estaba exagerando y aún estaba triste, pero principalmente estaba enojada; incluso cuando estaba feliz seguía teniendo un carácter fuerte y nunca se dejaba pisotear y que se encontrara en tal estado no iba a causar debilidad, tomo el teléfono y marco a la casa de la vecina, expreso de manera explosiva como se sentía, grito todo tipo de vulgaridades, pero cuando se percató de lo que había hecho, solo le quedo decir perdón, talvez la perdonaría ya que no había terminado de expresarse y mostraba arrepentimiento. Sin embargo no fue necesario.

Un sonido seguido de un mensaje de la vecina, fue un milagro para ella, que finalmente había captado después de la confusión, que solo se trataba de un mensaje de voz que aún no había sido grabado; el error quedo perdonado por el descuido. Cuando se dio cuenta de la tosquedad con la que había afrontado la situación, solamente empezó a reír, se tiro al piso, y siguió riendo mientras las lágrimas aun emergían de sus ojos y su rostro aún seguía enrojecido de la ira. Ahora definitivamente quien la hubiera oído o quien la pudiera haber visto podría pensar que se trataba de una mujer demente con serios problemas y desequilibrios; cuando este pensamiento pasó por su cabeza, si dio cuanta que talvez seria verdad que tuviera ciertos tipos de problemas psicológicos. No era precisamente el tipo de persona que pide ayuda o se preocupa demasiado así que decidió dejar el problema para después o establecerlo como una meta, de esta manera cada decisión que tomara seria tomando en cuenta que había problemas por resolver y con el tiempo efectivamente se solventarían.

Bajo algunas almohadas de su cuarto y unas cobijas para protegerse del frio, las coloco en el sillón, tomo a Sam y se acurruco

- ¿Me perdonas verdad amigo? – obviamente el gato no pudo responder más que con un maullido pero decidió interpretarlo como una respuesta positiva, después de todo eso parecía – No sé qué hacer con mi vida; si no era suficiente con que todo saliera mal, ahora resulta que también estoy loca – dijo con una mirada vaga mientras acariciaba a su gato

Luego pensó que antes de intentar ser diferente ya era feliz, talvez así tenía que ser su vida, rutinaria, y le gustaba, entonces decidió dejar ir sus pensamientos alocados aunque estos muy dentro de su corazón seguían siendo alimentados por el sueño, el sueño que la hacía desear más, y el rostro de ese hombre, ese rostro tan atractivo que no parecía poder olvidar.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 29, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Te diré cuando despiertesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora