Quien soy, pregunta que todo el mundo se hace pero solo unos pocos la pueden responder. Pregunta sencilla pero respuesta compleja. Les voy a hablar de quien soy, o quien piensa mi cabeza que soy. Tengo 15 años, vivo en Capital Federal en uno de los barrios más "chetos" de Buenos Aires, Recoleta. Voy a uno de los mejores colegios de Argentina y hago un viaje al exterior practicamente todos los años. Con eso fui capaz de mostrarles una imagen no completa de mí, les mostre mi "entorno". Mi familia se conforma por mi papa médico urólogo, mi mama bioquímica y mi hermana la aspirante a bioingenieria. Pero, la verdadera pregunta, quien soy yo?
Por lo general, la mayoria de los lectores van a pensar que me sale la plata por las orejas o que tengo la vida "perfecta". Pero, soy verdaderamente feliz? La palabra perfecta es una palabra tan vacía y superficial que la mayoría del mundo cree tener una idea de lo que significa pero, quien tiene más poder que los demas para decir que es la perfección? Si hablamos de perfección, en mi caso me encantaría medir 5 centímetros más y adelgazar otros 5 kilos, también tener ojos claros, pero digamos que esas cosas son parte del estereotipo que implanta la sociedad. Minas anorexicas perfectas. Pero este tema se va a tratar un poco más adelante.
Mi vida me la imaginé en un campo, lejos de la gran ciudad o por lo menos en algo menos desarrollado. Soy una chica sencilla, no tengo ambiciones y pongo a los demás antes que mi ser. Si tuviera que elegir, eligiría vivir en el pueblo de mis sueños, junto a mi abuela que para mí ya es mi mamá, y a mis amigos. Nada puede explicar los sentimientos que tengo cuando llego ahí, es magia y felicidad pura. Amor, amor y más amor. Mi perfección. Pero, mi mamá, que vivió allí toda su infancia considera que es un pueblo de "negros" y que ninguno safa de ahi, razon por la cual tengo que ir al psicologo para no explotar.
La mayoría de la gente se acuerda de mí por mi sonrisa, por que no hay un minuto en que no la tenga, aún cuando me estoy muriendo por dentro. Es algo psicológico, que para mi, si muestro que estoy bien, capaz me convenza que estoy verdaderamente bien. Soy prácticamente una loca de mierda, pero me gusta como soy, aunque deteste mi físico. No sigo a la moda, pero desde pendeja odié mi cuerpo y si fuera capaz de vivir en un gimnasio lo haría. Mi meta era ser anoréxica, pero nunca lo pude cumplir porque mis papas, juzgadores como son, me meten en la cabeza que tengo que comer si o si. Me encanta estar con mi abuela porque no me presiona si no quiero comer por días, aunque sé que está mal. Es más, a veces los engaño y meto la comida en bolsas y la tiro cuando me voy de casa. Pero, no lo puedo seguir haciendo porque ya nadie confía en mí.