No More Regrets (Tony Perry Fanfiction)|TRADUCIDO AL ESPAÑOL|

NUEVE.

*La fiesta*

Mike me contó lo que había pasado con Ariana y Alysha. Maldición, que locura. No he hablado mucho con Ariana pero sé que es una chica muy dulce.

Salí de la fiesta, encendí un cigarro y continué bebiendo mi cerveza, mi cerveza fría. ¿Será que estoy borracho? ¿O solo estoy eufórico? No, solo estoy eufórico, un poquito nada más. Pero borracho, no. Vi a Violet con una copa en la mano. Estaba sentada.

La miré. La quería para mi.

–¿Tony? –Mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz femenina. Dirigí mi mirada hacia el sitio de dónde provenía la voz y era Erin. Tuve sexo con Erin hace un tiempo, pero ella era diferente. No estoy diciendo que me gustó o algo, pero lleve las cosas con calma. En total, he tenido sexo con Erin cuatro veces.

–Oh, hola. –Le sonreí.

–Linda fiesta. –Me sonríe. Yo le devolví el gesto.

–Gracias. –Quedamos en un silencio incómodo hasta que ella decidió romperlo.

–Tony. –Empezó. –Lo que sea que hayamos tenido en el pasado, no significa nada. –¿Qué mierda? Mi cara era de confusión.

–Erin, tuvimos sexo cuatro veces –Dije.

–Ese es el punto –Dijo. –Tony, estoy con un chico estupendo y la verdad, es que no quisiera arruinarlo.

Abrí mi boca en asombro, pero luego sonreí y asentí. Erin Aschow es una chica excelente. Es hermosa, dulce y divertida.

–De acuerdo –Le dije. Erin sonrió, se colocó de puntitas y beso mi mejilla. Yo me sonrojé un poco.

–Te veo luego –Susurró y se alejó.

Ahora, con confianza, caminé hacia donde estaba Violet. Ella me miró y me dio una media sonrisa.

–Hey –Susurró.

–Hey –Susurré de vuelta. Tomé su mano y la ayudé a colocarse a mi altura. Violet solo sonreía y yo, lento pero seguro, presioné mis labios contra los de ella.

–Tony –Hablo en mis labios. Me alejé de ella, tomé su mano y la lleve al porche, donde nos quedamos mirando las estrellas. Violet se acomodó en mi hombro, yo sonreí y bese su frente.

Dios, es asombrosa.

Y solo llevábamos unas semanas de conocernos...

Narra Ariana.

Ugh, es domingo. Siempre duermo los domingos, porque sé que mañana tengo escuela. ¡Yay!

Miré el techo blanco y luego restregué mis ojos hinchados por llorar anoche.

Mi hermana y mi mamá no hacen mucho los domingos. Cada quien se ocupa de lo suyo. Como yo, que me quedo en mi cuarto todo el día hasta la tarde, que es cuando me da hambre.

O sea, justo ahora. Es la una de la tarde, he dormido toda la mañana, como siempre hago. Todas nos quedamos en pijamas, es decir, los domingos no son especiales...

Salí como zombie de mi cuarto y bajé a la cocina...Que divertido.

*Al día siguiente*

Caminé por los pasillos de la escuela, me sentía perdida. Sentía como si todos me mirasen, pero no lo hacían.

Sentía que a nadie le gustaba, pero nadie me conocía.

Sentía como si todos me quisieran muerta, pero todo está muerto.

¿Por qué me siento así por un chico?

Agaché mi cabeza y me dirigí a clase.

********

–¡Ariana! –Escuché que una voz familiar llamó mi nombre. Voltee mi mirada y era Mike. Lo ignoré y seguí caminando a clases. Sentí que dos manos tomaron mis hombros y me acorralaron contra los casilleros.

–¿Qué quieres? –Escupí las palabras. Mike me miró.

–Lo siento, demonios, lo siento. –Jadee un poco. –¿Por qué me evades? ¡Llevas demasiado tiempo así! Ariana, escúchame por favor. Te amo. Te necesito. Sé que si te dejo ir, te irás y me evadirás como siempre. No esta vez, lo siento... –Mike me soltó y se quedó parado en frente de mi por unos segundos y luego siguió con su camino.

¿Qué he hecho?

**********

Dejé a Violet en la escuela y decidí irme por mi cuenta, bueno más que eso, fue correr a casa. Estaba llorando de nuevo. Todo lo que he hecho esta semana ha sido llorar.

–¡No, no, no! –Grité mientras subía por las escaleras.

Fui al baño, tenía la respiración agitada. Dios, tengo uno de estos de nuevo. Estoy teniendo un ataque de pánico. Busqué algo que me calmara en el gabinete, cualquier pastilla, lo que sea. Pero no hallé nada.

–¡M-mierda! –Grité desesperada.

Mike, oh Mike. Le hice mucho daño. Debería estar aquí...

No debería estar aquí...

Con la brillante idea que tuve, abrí la canilla del agua y llené la bañera. Cuando se llenó con la cantidad perfecta de agua, entré en ella. Deje que el agua cubriera mi cara, cerré mis ojos, quedando enterrada por completo.

Respiré en el agua, dejándome débil y casi inconsciente al instante.

La puerta se abrió de repente.

–¿¡Ariana?!

Fue lo último que pude recordar.