Un Viaje hacia Bellingham

Capítulo 1: El pueblo entre las montañas

Tenía a mano mi mochila, por lo que al llegar al pueblo guardé el peluche y me aseguré de no olvidarme de ningún objeto de valor en mi asiento. Finalmente, el bus se detuvo, y sus puertas se abrieron.

—Llegamos a Puerto Deseado —dijo el conductor.

Me levante de mi asiento y baje del bus. Con la mirada busqué a mi mamá o mis hermanos que esperaban para llevarme a la nueva casa. Desde lejos pude ver que alguien me saludaba con una sonrisa desde el asiento del conductor. ¿Mamá? Abrió la puerta del coche y mis hermanos fueron los siguientes en salir. Tengo 4 hermanos, yo soy la mayor, Aura Leonhardt, de 15 años, en Julio 21 cumplo 16. Luego me sigue mi hermana Luz Leonhardt de 12 años. Ella y yo somos de la misma madre y el mismo padre. Cuando mamá se separó de mi padre ella siguió con su vida (Lo cual la felicito, ya que él era la mierda que cagaba Lucifer) y de su matrimonio con mi padrastro nacieron mis 3 hermanos restantes. Sebastián de 9 años, quien comparte varios gustos conmigo. Victoria de 6, quien es la tímida pero es bastante estudiosa y le gusta ir a la escuela. Por último esta Virginia, de 1 año, ella es bastante tierna con los demás pero a veces no. Los tres de apellido Suarez. Pero parece que con mamá vinieron solamente Luz y Sebastián.

—Hola hija, ¡Llegaste! —dijo mamá demasiado aliviada—Bienvenida.

—Hola Mamá, ¿Esperaron mucho? —La salude con dos besos en las mejillas.

—Primero, vinimos a la estación a las 1 de la madrugada. Pero cuando era la hora y no llegaba ningún bus, volvimos y preguntamos. La chica que estaba en el puesto dijo que tenía demoras, entonces nos fuimos a tomar algo en el café que está ahí. —Señaló con el dedo al café que estaba exactamente al lado de la estación—.Y luego volvimos al auto y a los 20 minutos llegaste.

—Qué envidia, yo también quiero tomar algo ahí. Cuando quedamos varados no podía ocupar el celular por la batería, así que busque algo para leer un rato pero no me duró mucho la lectura ya que me dormí, y al despertar el conductor estaba hablando.

Sin darnos cuenta el bus ya se marchaba hacia la siguiente parada. Me alarme porque no baje mis maletas por hablar con Mamá, pero cuando miré a Luz y Sebastián ellos ya estaban guardando todo en la parte trasera del coche.

—Qué alivio —pensé.

Mis dos hermanos esbozaron una sonrisa burlona, lo cual me incómodo.

— ¿Qué les pasa a ustedes dos? —Gruñí.

—Nada, pero casi te quedabas sin ropa y sin nada por ser descuidada. -Habló Luz en tono burlón.

—Cállate, a cualquiera le puede pasar.

Mi hermano Sebastián que todavía no se le quitaba de la cara aquella sonrisa, me miraba esperando a que le dirija la palabra.

— ¿Si, Sebastián?—pregunté.

— ¿No te diste cuenta de algo, Auri?

— ¿De qué cosa?—pregunte dudosa.

—El pueblo es muy diferente de donde vivíamos, es demasiado chiquito y en la noche parece sacada de un film de terror.

— ¡Si, me di cuenta demasiado rápido!—sentí un poco de orgullo por tener un hermano con gustos parecidos a los míos.

— ¡Es como Silent Hill! —bromeó.

Una vez que las maletas estaban guardadas, entramos al auto, mamá lo puso en marcha y yo me senté en el asiento del acompañante. Miraba con mucha curiosidad todo el camino hacia casa, esperando ver algo interesante. Pude notar que aquel pueblo había demasiadas artesanías con productos reciclables, esculturas en buen estado, murales con un tono en sepia y todos los parques eran de lo más verde que vi. Las calles estaban pavimentadas a la perfección y las luces brillaban como si fuera una pasarela. Mamá encendió el equipo de música, por lo que tenia de fondo High de James Blunt, iba perfecta con el camino hacia casa. No vi a ninguna persona conduciendo un auto o caminando por las calles. Pregunte a mamá si por lo menos había semáforos, lo que me contesto con un "No". Era hermoso, me fascinaba aquel pueblo. El hecho de no conocer nada sobre Puerto Nevado, despertó tanta curiosidad en mí que no sé si sería capaz de dormir. Era tan chiquito, no tiene más de 30 calles, y hay un frío demasiado seco, pero deberían ver su belleza en las noches.